Esta es la variedad reina en nuestra Denominación de Origen; nunca he tenido claro si es el Tempranillo o la Tempranilla. Creo que su nomenclatura, su forma de ser llamada, está más bien vinculada a localismos y no creo que ello tenga mucha o ninguna importancia. Cierto que es la variedad hoy mayoritaria y si en el pasado también lo fue no lo hizo de una manera tan brutal como lo es hoy en día. Antaño teníamos considerables extensiones de otras variedades hoy minoritarias. 
Haber apostado tan fuerte desde todas las partes de la DO (agro, bodegas, Consejo y Gobierno)  tiene como siempre ventajas e inconvenientes. Por un lado tenemos la estupenda capacidad de adaptación de la variedad a suelos, micro-climas y especifidades de cada rincón de la Denominación y por la parte contraria ocurre que se han perdido totalmente las diferencias y matices que diferenciaban la Alta de la Baja o peor aún las diferencias entre pueblos. Eso lo hemos perdido y no lo encuentra ni Alexa; un saludo guapa. 
Ojo, esta variedad nos está dando también muchas alegrías vinculadas a su más que buena  capacidad para la crianza de los vinos, siempre y  cuando los PH son adecuados. Pero sobre todo nos está alegrando el ojo con la cantidad de parcelarios ricos, ricos, que diría Arguiñano, que en los últimos años han hecho su aparición a lo largo de ésta nuestra Denominación. 
Pero nada es gratis y la apuesta acérrima y ciega por esta variedad y la demonización de su hermana la Garnacha, que se lo digan a don Manuel, nos ha clonado entre nosotros mismos, nos ha clonado con otras denominaciones y sobre todo nos ha hecho perdernos vinos y caldos, me encanta esta palabra, que antaño eran santo y seña de pueblos enteros, relegando a rosados y claretes al ostracismo y al olvido. 
Por cierto, la Tempranillo tiene una hermana blanca que apareció como quien tiene un tardío que no se espera y que quiere e intenta sorprender, pero no lo hace, tristemente. La variedad en su expresión de uva blanca no termina de despuntar y si bien hay algún intento interesante, no acaba de hilar adecuadamente. No pasa el futuro de los blancos de nuestra Denominación por esa calle; en mi humilde opinión.