David Bastida Caro

Acidez Volátil

David Bastida Caro


Aranceles

18/03/2025

Toca hablar de aranceles, no es que me haga mucha gracia pero toca hablar de ello. Tenemos al rubio del tupé del otro lado del charco haciéndose notar en general y en el vino en particular. Lo mismo le da poner tasas al acero, a las aceitunas negras o al vino, incluyendo a nuestros vecinos franceses y su Champagne. Espero, deseo y entiendo que la respuesta a este desaguisado será comunitaria y no de país por país, dado que si lo hacemos de esta última forma el daño será mayor ya que la política patria está como está, es decir, bastante polarizada por decirlo finamente. Comportémonos por una vez como lo que somos, la Unión Europea, y demos una respuesta a la altura del agravio económico propuesto, aunque este tipo de guerra arancelaria no beneficia a nadie. Poco o nada se podrá negociar, así que toca ajustarse el cinturón, aunque al paso que vamos no nos  quedarán ni agujeros para abrochar. Es lo que nos toca. 
No es que esta última traba signifique el estoque final para un sector envuelto per se en una crisis de ventas, consumo e identidad. Y digo esto porque nos empeñamos en presentarle al mercado internacional y al patrio, especializado o generalista, los mismos productos o muy parecidos que hace 25 años o más. Es un error; cualquier sector industrial y agrícola ha cambiado considerablemente los productos que presenta a sus clientes y sin embargo nosotros no. Seguimos erre que erre con la misma canción. Y eso es insostenible y provoca una considerable crisis de identidad como sector. 
Los aranceles no nos ayudarán a vender, ya que dejamos de ser competitivos y atractivos en precio para el consumidor. Pero también tenemos nuestros propios problemas identitarios, que, a la postre, nos harán más daño que los aranceles del querubín americano. Debemos replantear como Denominación Calificada que somos hacia dónde queremos ir o a dónde nos lleva el mercado. Porque está claro que con la inercia que llevamos no vamos bien.