Aprovechando la visita de Javier Milei, presidente de Argentina, estos días de atrás a Madrid, para recibir una medalla o algo así, tomaremos su especial logo: 'Viva la libertad, carajo'. Y con ello, estableceremos una breve reflexión sobre la liberación total del viñedo en la Denominación en cuanto a plantación y control. Es un bonito debate que he mantenido con diferentes personas, algunas de ellas sesudas y conocedoras de los entresijos de la Denominación, por trabajo y edad; un saludo, Domingo.
Sabemos que el viñedo en la Denominación es un cultivo controlado, plantado y explotado en base a una norma definida por el Gobierno Regional y el Consejo Regulador. ¿Y si no fuera así? ¿Y si plantamos y explotamos el viñedo de manera libre en rendimiento por hectárea, tipos de poda, riego, número de yemas... y muchos otros factores vitícolas sujetos a norma que no podemos saltarnos ni por asomo dado que implica la descalificación de la producción de la parcela? Es decir, en cualquier sector agrícola o industrial es el mercado quien hace su selección de marcas, calidades, precios, tipos de producto... Conclusión: es el mercado quien condena a desaparecer un producto o una marca y encumbra a otra hasta el olimpo de las superventas.
En el mundo del vino, sería el mercado quien marque las tendencias en variedades de uva, presencia o no de madera, vinos más dulces o más contundentes, etiquetas más modernas o más clásicas, tipos de envasado, latas, bag in box...Apasionante.
Esta situación implicaría que se podría plantar viña en cualquier punto de la Comunidad, incluso más arriba de Torrecilla en Cameros. Y con ello las bodegas comprarían las uvas en función de lo que son capaces de vender y no de lo que expresamente marca la norma.
Como intento explicar, es un interesante debate que bien se merece descorchar una botella de buen vino y hablar de ello y de lo que implicaría a corto, medio y largo plazo. Ver la evolución de marcas, estilos de vino y zonas de producción. En definitiva, abrir la mente y plantear propuestas más o menos lógicas que nos ayuden a cambiar la inercia actual.