David Bastida Caro

Acidez Volátil

David Bastida Caro


Tierra

07/05/2024

Tras conocer las últimas estadísticas de venta de vino de la DOCa y ver la bofetada, bofetón, manotazo, puñetazo, guantazo, cachete, cabezazo, codazo, patada, rodillazo, cornada, chufa, chuleta que nos hemos dado y  sin saber ni como por lo visto, hoy vamos hablar de algo que muchas veces se ha postulado como una de las posibles soluciones para nuestra mejora y es hacer un 'mapa de suelos' de la DO, buscando la mejor tierra para nuestras uvas y con ello la mejora de calidad de nuestros vinos y la ansiada remontada de las ventas. 
Pues no, lamento decir que hacer un mapa de suelos y buscar las tierras adecuadas para nuestras uvas es tarea harto difícil, dada la variabilidad de nuestro paisaje, la linealidad de la DO y sobre todo la elevada cantidad de intereses que existen para que esto no se haga adecuadamente. Porque tener uno tenemos, pero guardado en un cajón cerrado a cal y canto. Y sí, tener un mapa de suelos, de las tierras adecuadas mejoraría nuestra calidad vitícola y con ello la enológica. 
Es por ello que lo que vamos hacer es un mapa donde no debería haber viña. Este mapa  que propongo eliminaría calculo entre 15.000 y 20.000 hectáreas de la DOCa y con ello ajustaría casi de un plumazo gran parte del problema de stock de vinos que lastra toda la DO desde el precio de la uva, de los vinos, del papel, etc. 
No seré yo quien diga que en  cualquier pueblo desde arriba hasta abajo no se pueda poner viña; la clave es poner viña donde debe y no donde yo tenga una finca y planto por mis cojones y porque el Consejo me autoriza. Sólo aplicando el sentido común se deberían usar las tierras adecuadas para viña. Que no son las vegas de algunos afluentes del padre Ebro. Llámame  raro… 
No se trata de arrancar viña a diestro y siniestro, sino de poner las bases para una mejora y un cambio que necesitamos como el respirar. 
En definitiva, todos en nuestros pueblos sabemos dónde debe haber viña y donde no. Sentido común creo que se llama.  
Por último, un saludo y un abrazo a mi profesor Fernando Martínez de Toda, que el otro día en su artículo no podía llevar más razón; sabio.

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