Lejos del chiste fácil del titular de la columna y como no puede ser de otra manera, hoy hablaremos de arranque de viña. Esta es mi opinión que por cierto espero, deseo, anhelo, que no guste a todos, y con ello tengamos un debate coherente y constructivo, pero rápido que urge. Lo primero que debemos tener claro es que somos una DOCa formada por tres patas gubernamentales diferentes: Álava, Navarra y La Rioja, bueno y un poquito de Burgos. Con colores políticos e intereses diferentes y esto no es baladí. Centrando el tema que nos ocupa que es el arranque, diré que esta es la solución fácil, llamativa y quirúrgica, por cierto la cirugía siempre duele. Pero ni es la solución mágica, ni va arreglar el desaguisado que tenemos montado por si sola.
El marrón que tenemos (que lo tenemos) necesita una solución infinitamente más profunda que coger un tractor y un estrinque y empezar a arrancar viña. La solución pasa por un mix de medidas: pasa por amoldar la producción de uva y por consiguiente de vino a una demanda que cae en picado. Pasa por ir eliminando el sobre stock de vinos, pasa por entender qué vinos se demandan dentro y fuera de España. Que por cierto no es de lo que nosotros más hacemos. Y lo que es más importante, la solución pasa por modificar y amoldar nuestro modelo de negocio a las necesidades de mercado, igual que hace cualquier empresa en cualquier sector.
No cabe duda que además debemos potenciar al máximo nuestro puntos fuertes como el enoturismo, nuestro paisaje y nuestra historia de la que nunca debemos renegar. Y por favor debemos huir de la puñetera relación calidad-precio que es uno de los cánceres que hasta aquí nos ha traído. No da para más, lo de hoy.
No puedo terminar sin mandar un saludo 'al que se lleva la corriente', que no suelo estar de acuerdo con él, pero le deseo una rápida recuperación dado el marrón que afronta. Salud.