A María (nombre ficticio) su ingreso hospitalario no le impide continuar desarrollando la vida religiosa que mantiene habitualmente en su parroquia. «Quiero seguir contando con la ayuda de los sacerdotes, en este caso los de la capellanía del San Pedro», cuenta la paciente, que destaca la labor que realizan impartiendo sacramentos, como la comunión o la unción, «que ayuda mucho a poder llevar la enfermedad y recuperarte, tanto física como espiritualmente».

Esta paciente, acompañada por familiares y amigos, valora la función de escucha que realizan los capellanes del San Millán, que califica como muy importante porque ayuda a eludir la soledad y la tristeza. Relata su propia experiencia al haber estado varias veces ingresada, momentos en los que te invade la soledad y te invita a visitar tu interior, «verte cómo estás tú, cómo eres tú». En este «volverte a encontrarte contigo misma», enfatiza el papel de la figura del sacerdote, su apoyo, presencia, poder mantener una conversación o una confesión. Y es consciente de que los capellanes acuden a escuchar a todas aquellas personas que los llaman.

Conectar con tu interior. Además, sirve de puente para «conectar con tu interior», tanto si eres creyente como si no, porque reflexiona que,  cuando se sufre  la enfermedad, «encontrar una mano amiga, alguien a quien te puedas abrir, o de quien escuchar una palabra amable es fundamental»

María, agradece poder rezar aprovechando que, a través del canal 34 de los televisores del hospital, la señal desde la capilla se emita permanentemente. «Es bueno poder rezar frente al Sagrario desde aquí», y define esta iniciativa como «muy positiva».

Esta parroquiana, que suele hablar diariamente con los capellanes, concluye con una reflexión sobre el trabajo que desarrollan los sacerdotes, «a los que les toca hacer muchas labores desde llevar a Jesucristo con ellos en la Comunión hasta actuar como psicólogos o escuchantes»