"Por reducir la jornada laboral no se hundirá la economía"

Gustavo Basurto
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Jesús Cámara (Logroño, 1955) concluye su mandato en la presidencia del Consejo Económico y Social (CES) de La Rioja, un órgano consultivo en el que están representados los agentes socio-económicos y escasamente conocido por la ciudadanía.

Jesús Cámara, en la sede del CES, en la calle Vara de Rey. - Foto: Óscar Solorzano

Es difícil que un veterano sindicalista (estuvo al frente de CCOO en La Rioja de 1991 a 2024), dirigente de la asociación de memoria histórica La Barranca, y con dos legislaturas a sus espaldas en la política como concejal de Izquierda Unida en Villamediana pueda aparcar durante 40 minutos de entrevista su ideario progresista para colocarse en la neutralidad que exige la presidencia del Consejo Económico y Social (CES) de La Rioja, que abandonará en breve (desde ayer está en funciones) una vez concluido su mandato. Pero Jesús 'Chuchi' Cámara lo hace y remarca en sus opiniones más rotundas que son a título personal. Cámara, tan sindicalista de raza que hasta nació un primero de mayo, echa en falta mayor proyección pública del CES, un órgano consultivo en materia socio-económica del que forman parte los sindicatos CCOO y UGT, la Federación de Empresas de La Rioja (FER), las organizaciones agrarias ARAG, UAGR y UPA, la Universidad de La Rioja y el propio Gobierno regional.  

Con su mandato en la presidencia del CES ya concluido, es tiempo de balance. ¿En estos dos años ha habido más luces o más sombras?
Está equilibrado, aunque ha sido complicado. Creo que alguna cosa más podríamos haber hecho, pero la responsabilidad no es de los demás, sino mía. Los dos elementos principales del CES son emitir dictámenes sobre las leyes que se van a aprobar por parte del Gobierno de La Rioja, que salvo uno, han sido por consenso, y luego están los informes que se hacen por iniciativa propia, y ahí es donde creo que no hemos alcanzado todo lo que deberíamos haber hecho. Serían necesarios informes en temas como las infraestructuras, fundamentalmente el ferrocarril, algo sobre lo que las organizaciones llevamos trabajando desde el año 90 cuando se hizo el primer plan ferroviario, que contemplaba prácticamente lo que se está contemplando ahora, lo que quiere decir que han pasado casi 35 años y no hemos avanzado prácticamente nada. Y hay también un elemento importante que es el tema del agua.

¿En qué sentido un informe sobre el agua?
La situación fundamentalmente en el Iregua, porque el 70 por ciento de la población riojana bebe agua de ese río. Aparte de eso, es un valle en el que la agricultura demanda agua y no hay modernización de regadíos. Aunque en el año de la sequía se declaró de interés general por parte del Gobierno estatal, pero todavía no se ha puesto en marcha el plan de modernización de regadío del Iregua. Hay que equilibrar ese 70 por ciento de población con la agricultura. Y hay otros elementos importantes sobre los que hacer informes, como la formación dual, no solo en la de FP sino también la universitaria. Hay un tema que nos preocupa mucho, que es la pobreza infantil. Aunque la salida de la crisis ha sido buena, a la parte de abajo (de la sociedad) la ha dejado todavía peor. 

Los últimos datos sobre riesgo de caer en la pobreza apuntaban a que un 40% de los hogares riojanos tiene dificultades para llegar a fin de mes. ¿Cree que los ciudadanos tenemos esa percepción, de 4 de cada 10 de nuestros vecinos, amigos, familiares...viven con estrecheces?
Hay un problema general de insolidaridad, de empatizar y ponerte en el lugar del otro. Llevamos muchos años en los que se busca el crecimiento individual de cada uno. Antes, tener un empleo te aseguraba estar en una situación económica decente y ahora con algunos empleos no llega para pagar un piso de alquiler. Aunque ha habido medidas en los últimos años, como la subida del salario mínimo, es una pena que veamos que en este país los ricos siguen aumentando su capacidad y la gente de abajo está cada vez un pelín peor.

Pero la economía del país va bien, según los indicadores macroeconómicos.
Pese a lo que se decía hace dos o tres años de que la situación iba a caer, no ha sido así y el país y La Rioja se han comportado muy bien económicamente.

Parte de la labor del Consejo es realizar dictámenes sobre leyes que propone el Gobierno regional en materia socioeconómica. ¿Les hace caso el Ejecutivo?
La verdad es que con este Gobierno solo hemos hecho uno, sobre la cartera de prestaciones de servicios sociales, que llevaba muchos años sin actualizar. Es el único que nos ha venido por parte del Gobierno.

Cuando usted llegó al cargo, el CES retomaba su actividad tras haber estado suspendido una década por decisión del entonces presidente Pedro Sanz. ¿La continuidad del Consejo a futuro está garantizada?
Yo creo que sí. Al menos en las conversaciones con el Gobierno no hacen sospechar algo diferente. En una situación con tanto ruido político, que haya organizaciones de participación institucional como esta, que agrupa a los mayores representantes de la comunidad, estabiliza todo ese ruido. Cada día hacen falta más canales de participación, que no sea solo el CES, sino que se articule una mayor participación de los ciudadanos para que consigan entender algunas cosas que cuesta entender. La participación como la que nosotros tenemos en los presupuestos municipales de Logroño se debería haber extendido a más ayuntamientos. Después de la crisis de 2008, todo esto (potenciar la participación) se ha quedado ralentizado en todo el país. 

El Consejo Económico y Social no es una entidad demasiado conocida por parte de la ciudadanía, a pesar de ser un foro en el que está representada buena parte de la sociedad. ¿Hay interés por parte de la clase política en darle mayor relevancia, que tuviera mayor peso lo que aquí se debate?
Falta un poco de voluntad política en realzarlo y en darle más importancia. No solo con el Gobierno actual, sino también con el anterior, aunque es verdad que lo volvió a poner en marcha, aunque la pandemia lo retrasó hasta 2022. Convendría impulsarlo desde los gobiernos.

Sorprende que prácticamente la totalidad de los dictámenes del CES se hayan redactado por unanimidad en un foro en el que hay organizaciones, como los sindicatos y la patronal, que fuera de aquí suelen disentir. ¿Dónde está el secreto de ese grado de acuerdo?
Recientemente he estado en Santander en la presentación de la memoria socio-económica del Consejo estatal, que tiene todavía más miembros. Y este año se ha metido todo el tema medioambiental en el que las posiciones suelen ser muy diferentes, pese a lo cual se ha conseguido consensuar un documento en el que se ha trabajado cerca de ocho meses con cantidad de expertos y se abordan cuestiones como el impacto económico del cambio climático. Y en La Rioja, en el primer dictamen, que fue sobre el tema LGTBI y aunque se matizaron dos o tres cosas fuimos capaces de llegar a acuerdos.

Usted echa en falta que el CES hubiera hecho un informe sobre infraestructuras. Pero hay ya un clamor social y político sobre el déficit de comunicaciones en La Rioja. ¿Qué más se podría haber aportado sobre esa cuestión?
Se puede recopilar toda la documentación, porque en esta Comunidad somos muy dados a que cuando gobierna uno dice una cosa y cuando llega el otro dice lo contrario. Ahora mismo, yo creo que en el plan europeo no hay ninguna posibilidad de estar en la red de alta conexión. El año pasado en un encuentro en Bilbao con los responsables del consorcio del arco mediterráneo y atlántico, la contestación que me dieron cuando yo planteé el problema de La Rioja es que entre dos puntos solo habrá una línea; y la línea es Navarra-Vitoria-Miranda y me temo que va a ser difícil que sea lo que era la trayectoria normal del Valle del Ebro. Otra cosa es que retomemos lo que ya se hablaba en el año 90, que es tener unas lanzaderas de alta velocidad que nos conecten con los circuitos de alta velocidad de Burgos-Miranda y con Zaragoza. Me parece que después de lo de la 'Y' vasca el ferrocarril de alta velocidad por La Rioja va a pasar poco. 

Si como usted teme, La Rioja no entrase en la red ferroviaria europea de altas prestaciones ¿esa carencia limitaría mucho su crecimiento?
Tenemos un ejemplo. En los últimos 20 años, el crecimiento de Aragón con el tema intermodal está siendo impresionante. El tema de las conexiones es muy importante para situarse, aunque es cierto que no estamos lejos de Zaragoza, pero si lo tuviéramos aquí sería mucho mejor.  

Estar rodeados de regiones tan pujantes como País Vasco y Navarra, con regímenes fiscales especiales, y con Zaragoza con una economía muy dinámica y Amazon proyectando inversiones multimillonarias, ¿es positivo para La Rioja por las posibles sinergias o nos deja en inferioridad de condiciones por nuestro tamaño reducido?
Hay que convertirlo en una oportunidad para conectarnos. El centro logístico de Transportes Royo es un proyecto que ya figuraba en el año 90, no por parte de una empresa privada, sino de Renfe, para construir en Arrúbal  una plataforma logística intermodal.

El vino atraviesa por un momento de enorme incertidumbre. ¿Debería la región reorientar su estrategia y priorizar sectores con mayor proyección de futuro?
En el mundo del vino hay que escuchar a los agricultores, que son los actores a los que menos se escucha. La propia composición del Consejo Regulador es un poco complicada y prácticamente hay un sector que puede vetar las decisiones de los otros, que no pueden hacer nada si no cuentan con su apoyo. En el Consejo Regulador hay ahora una papeleta importante para ver cómo se equilibra esa situación. Veo a las organizaciones agrarias muy preocupadas por la sequía y por la situación del sector vinícola. Las bodegas hace años ampliaron capacidad y han aumentado la masa vegetal y ¿qué pasa con esos agricultores que tienen seis, ocho o diez hectáreas y que además de exigirles calidad de la uva les ofrecen precios por debajo de costes de producción? Es una barbaridad.

Recientemente, el gerente de ADER anunciaba en una entrevista con El Día que en a corto plazo habrá inversiones empresariales potentes en La Rioja. Con cierres de empresas grandes en las dos últimas décadas que no se han compensado con llegadas de otras equivalentes, ¿la región necesita que llegue una compañía de mucho tamaño o es mejor un goteo de pymes?  
En La Rioja somos prácticamente micropymes y se nos han ido grandes como Tabacalera, Zanussi...y en los años 80 el cierre del sector textil o el traslado de empresas conserveras a Navarra. Que hubiera empujones con empresas, aunque fueran de mediano volumen, sería una maravilla. No voy a pedir que vengan otra vez los mil de Tabacalera, que es lo que te pide el cuerpo, pero que vinieran empresas de nuevas tecnologías sería interesante. Sé que los sindicatos y la patronal están preocupados por desarrollar un plan industrial y negociar con el Gobierno para ver cómo se puede impulsar el sector industrial.

El anterior Gobierno de Concha Andreu propuso orientar parte de la política industrial hacia el envase y el embalaje, algo que ahora se ha reconsiderado. ¿Hay que buscar un sector en el que poner el foco?
Hay que diversificar. Nos va bien con la diversificación, aunque tengamos el calzado en Arnedo o bodegas por toda La Rioja. 

¿Qué repercusiones cree que tendría en la economía riojana la propuesta de la ministra Yolanda Díaz de reducir la jornada laboral?
Personalmente, y en esto no hablo como presidente del CES, entiendo perfectamente que  Yolanda Díaz se dé un poco más de plazo para tratar de sumar a la CEOE, porque no es lo mismo una reducción de jornada en la que estén de acuerdo todos que otra en la que solo lo estén Gobierno y sindicatos. Pero esas medidas, tanto la reducción de jornada como la del Salario Mínimo Interprofesional vienen de maravilla a sectores que son los que peor están sindicalmente y en los que las personas están sufriendo más la situación económica. Hay que apostar por reducir la jornada y personalmente creo que no ocurrirá un desastre, como no pasó cuando se rebajó a 40 horas y no se hundió la economía.

Como en otras regiones, en La Rioja hay problemas para encontrar sanitarios, pero el Gobierno saca pecho con la reducción de listas de espera y por haber recuperado los convenios con clínicas privadas. ¿Estamos en una situación aceptable respecto al conjunto del país?
Todo el país está mal en cuanto a falta de profesionales sanitarios y llevamos demasiado tiempo sin darle una situación académica al tema. Hay que ampliar el número de plazas en las universidades para estudiantes de Medicina. Y hay otra parte que es mejorar las condiciones de los trabajadores de la sanidad. Cuando vas a urgencias no quieres que te atienda un médico que lleva 16, 18 o 20 horas de guardia, sino uno que esté en perfectas condiciones. Después de la pandemia la situación se ha agudizado, con la jubilación de muchos profesiones. Hay que ampliar la oferta educativa y garantizar derechos y salarios dignos. Se está tardando demasiado en darle solución desde el ámbito académico. 

¿Qué le parece el acuerdo entre la Universidad de La Rioja y UNIR para que esta última pueda ofrecer titulaciones presenciales que no coincidan con las de la pública?
No lo sé, quiero conocer el texto (del acuerdo). Para mí, en la universidad como en otros niveles, lo principal es la educación pública; y hay otra privada a la que pueden optar quienes quieran, pero que no puede estar financiada con fondos públicos, sino que debe pagarla quien quiera, porque supongo que tienen posibilidades económicas. Me preocupa que se amplíe el tema del bachillerato (concertado) y ahora lo de la UNIR, que es la mayor empresa de esta Comunidad autónoma, pero a mí no me gusta que la formación sea online y lo primero deben ser las universidades públicas y el que quiera hacer una apuesta económica por la privada, que la haga. 

De máxima actualidad es el reparto de los menores extranjeros no acompañados. Finalmente, La Rioja acogerá 4 y otros tantos del pasado años que no llegaron. No parece una cifra muy elevada para el revuelo que ha suscitado el tema.
Depende de la proporción de cada región, pero es que solo han repartido 300 y hay que ver qué pasada con los otros 6.000. Es un tema que el Gobierno estatal debe afrontar con garantías y modificar la Ley de Extranjería si es que hay que modificarla, y dotar de recursos a las comunidades autónomas. Es una obligación con estos chavales que se juegan la vida y hay que apostar por ellos. 

En un país tradicionalmente a la cabeza del paro en Europa sorprende que algunos sectores, como la hostelería, no encuentren trabajadores. ¿El único problema está en sueldos y horarios?
En los sueldos y en las condiciones laborales. Es una situación complicada. Los convenios no son todo lo buenos que deberían ser, y pasa en hostelería y en comercio. Hay que impulsar la profesionalización del sector con salarios mínimos, porque en hostelería en algunos casos sí son jornadas de ocho horas, pero en otros son jornadas irregularidades a la largo de la semana y mayor incidencia en fines de semana y festivos. Aunque el problema está por todo el país, algunos trabajadores de aquí se están yendo a la costa porque sus condiciones laborales son mejores. Es un problema sectorial que hay que dignificar. 

¿Cómo ve el sindicalismo actual? No parece que afiliarse a un sindicato seduzca demasiado a las nuevas generaciones de trabajadores. ¿Deben las centrales sindicales hacer un esfuerzo de actualización?
Los tiempos han cambiado. No es lo mismo la situación que había en la Transición, cuando yo entré a participar sindicalmente, en los años desde el 77 hasta el 80, la gente venía a los sindicatos. Pero sí creo que los sindicatos están trabajando y deben seguir haciendo esfuerzos para acercarse más a la gente. Tenemos un problema en este país porque todo el mundo se considera clase media y nadie es obrero y yo creo que lo primero es que la gente se considere lo que tiene que ser. Las aspiraciones individuales para mejorar la vida de cada uno me parecen legítimas, pero los que ponen ladrillos o los que instalan cables son obreros. La gente tiene que asumir lo que es y pelear para mejorar. 

Ahora que deja la presidencia del CES y con una larga trayectoria detrás de actividad sindical y también política, ¿se plantea alguna otra responsabilidad en el ámbito público?
Llevo mucho tiempo trabajando en temas de memoria histórica de La Barranca, de cuya dirección formo parte. Ahí hay un aspecto de trabajo importante y más cuando en Valencia derogan la ley y hacen la ley de la mal llamada concordia. Así es que ahí seguiré, pero también quiero aprovechar para disfrutar de las nietas y de seguir cuidando mi huerta.