Un hito para los riders

Laura Merino
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Con la reciente aprobación de la normativa europea se abre la puerta a mejores condiciones laborales. Y a pesar de que es un gran avance, todavía queda mucho por hacer para garantizar la estabilidad y equidad en el sector

Luis, rider de Just Eat, junto a su vehículo - Foto: Óscar Solorzano

A veces un pequeño cambio en la dirección correcta es más significativo que no avanzar y mantenerse siempre en el mismo punto. Esos pequeños pasos son los que pueden marcar el principio de un futuro mejor. Y a pesar de que el pasado lunes, 14 de octubre, la Unión Europea aprobó la 'ley rider' es necesario seguir luchando por mejorar su situación ya que muchos de los trabajadores aunque aseguran «haber escuchado algo», no estaban muy enterados de esta nueva normativa al no ser un cambio significativo que les afecte directamente.

No obstante, no hay que olvidar que hace años, cuando surgió el perfil de los riders en la industria del delivery las condiciones eran todavía peores a las de hoy en día. Y son varios los repartidores de la ciudad de Logroño los que están de acuerdo con cualquier ley que pueda suponer una mejora.

La nueva ley rider europea supone un cambio importante para millones de trabajadores en Europa. Y desde la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores de La Rioja (UGT), la secretaria general de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo, Ana Cruz Llach, explica que esta ley «es mucho más amplia» e incluye «a todas las personas trabajadoras de las plataformas digitales». De tal forma que no solo afectará a los repartidores a domicilio de empresas como Glovo, Just Eat o Uber Eats, sino que también a otros sectores menos visibles como el de la enseñanza online o el cuidado a domicilio. 

Por este motivo, la secretaria general resalta precisamente la importancia de esta ley: «es la primera vez que la Unión Europea regula la gestión algorítmica y la inteligencia artificial en el lugar de trabajo».

Esta nueva normativa persigue tres objetivos principales: garantizar que la situación laboral de los trabajadores y trabajadoras en las diversas plataformas sea adecuada, asegurar la equidad y la transparencia en la gestión algorítmica, y mejorar la protección de datos de los diferentes empleados. 

«El trabajador debe conocer desde el primer día que empieza a trabajar cómo es el sistema, si está mecanizado o no, y cuál cuenta con una supervisión humana detrás de la automatización», señala Llach. Es un aspecto a tener en cuenta en un contexto donde muchas de las decisiones automatizadas y sin la supervisión humana han podido afectar negativamente a muchos de los trabajadores.  

La directiva también trata de atenuar la precariedad existente en el sector. Por su parte, la secretaria general destaca que los principales afectados son los jóvenes y deben hacer frente a una situación de contratos temporales, sin ningún tipo de estabilidad ni seguridad y dependientes de que el algoritmo les asigne el trabajo correspondiente. 

Futuro. Sin embargo, pese al avance de esta normativa, España cuenta con un periodo de dos años de adaptación de esta ley. Y aunque este tiempo resulta insuficiente para UGT, desde el sindicato tienen claro que es necesario «empezar ya a demandar a las empresas e instarles al estricto cumplimiento de esta nueva directiva», con la finalidad de negociar en un futuro «convenios colectivos».  

Además, Llach asegura que van a luchar por «unos horarios y salarios dignos» y seguir avanzando para «evitar contratos precarios y una especie de explotación digital salvaje». «El futuro está aquí y hay que trabajar para mejorarlo», concluye. 

«Lo mejor sería que todos estuvieran contratados, y así tener un control»
Luis cuenta su experiencia personal como rider en diferentes plataformas. Pasó de trabajar para Uber Eats y Glovo con una constante incertidumbre a tener estabilidad y un contrato laboral en Just Eat  

Luis entró en el mundo del delivery en el 2019 cuando diversas plataformas como Glovo y Uber Eats ofrecían una oportunidad aparentemente atractiva con el fin de ganar dinero y donde cada uno  podía decidir el horario que mejor le conviniese para trabajar. Sin embargo, desde hace ya una temporada, la situación no ha sido nada fácil para él, ni para el resto de los repartidores, por eso destaca que «antes era más llevadero e incluso se ganaba más». 

«Este verano, con la plataforma de Glovo y Uber Eats no se cobraba lo suficiente ni para pagar lo que cuesta ser autónomo», destaca el rider. Y fue precisamente esta la razón por la que hace mes y medio decidió cambiarse a Just Eat donde no trabaja como autónomo, sino que le ofrecen un contrato laboral. 

Además, destaca que en otras empreas no dan el material necesario para trabajar, sino que cada persona debe comprarse por su cuenta. En cambio, en Just Eat le han proporcionado desde el uniforme hasta el teléfono móvil, por lo que él únicamente ha tenido que aportar ha sido su propio vehículo. «Anque me pagan alrededor de 150 euros extra en el salario», añade. 

Hoy en día lo que realmente valora Luis es la estabilidad y la certeza que le proporciona el contrato ya que remarca que es diferente trabajar como autónomo donde «si no trabajas, no facturas y si no facturas, no puedes pagar nada». Por el contrario, cuando trabajaba para Glovo o Uber Eats vivía en una inseguridad e incertidumbre constante debido a que en cualquier momento «te pueden bajar los precios, quitarte la tarifa..., siempre te van recortando». 

Proceso de selección. Además entre las diferencias existentes entre las empresa donde en una eres autónomo y en otra asalariado, Luis explica que para trabajar en Uber Eats o en Glovo lo único que se necesita es «darse de alta como autónomo», pero en Just Eat hay un proceso de selección detrás. Detalla que previamente no solo tuvo que realizar una solicitud, sino que al ser elegido  y contactar la empresa con él, debió pasar por también por una entrevista. 

Ahora mismo indica que sus turnos son partidos como los de la gran mayoría de personas que se dedican a repartir comida a domicilio, por lo que debe su trabajo principalmente se situa en las franjas horarias de mayor demanda, es decir, «a la hora de la comida y por la noche, en la cena». Y aunque en hasta el momento nunca ha tenido un incidente, echa en falta un contacto directo al que acudir ante cualquier problema porque solo puede hacerlo «a través de internet con un correo electrónico».  

A pesar de que su situación ha mejorado, Luis es consciente de que no todos los riders pueden decir lo mismo y continúan trabajando como autónomos sin garantías, ni beneficios. Por esta razón considera que «lo mejor sería que estuvieran contratados, y así tener un control de cuánta gente trabaja y si lo hacen de forma legal, pero esto ahora mismo no se está dando». 

Además, aunque la Unión Europea haya aprobado una nueva ley para regular las condiciones laborales de los repartidores, Luis confiesa que no sabe mucho sobre ella. Pero también explica que «hace un año rellenamos formularios para hacer algo contra las empresas, pero nunca supimos más», cuenta, pero lo que sí que tiene claro es que aún queda mucho por hacer para mejorar las condiciones de todos. 

Perspectiva glovo. Por otro lado, MLJ lleva casi tres años trabajando en Glovo y destaca que trabaja cuando quiere y a la hora que le da la gana porque es su «propio jefe». Por este motivo, asegura que es relevante gestionar su tiempo por si le solicitan en su otro trabajo. 

«Pago mis impuestos y la seguridad social por mí mismo», explica, pero también añade que para lo que cobran «no sale rentable» debido al bajo precio de los pedidos. 

Además, señala que «ahora hay mucha más libertad que antes» y que no se le penaliza si un día no trabaja. Sin embargo, al igual que Luis, también admite que le gustaría tener a quien acudir en caso de que surguese algún problema porque ahora «todo es robotizado y si hay un operario suele pasar de ti».