Los hosteleros riojanos comparten la opinión de sus colegas del resto del país -de Galicia a Valencia; de Cataluña a Canarias- y se oponen frontalmente a la propuesta, lanzada el lunes por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, de adelantar el horario de cierre de los hostelería. «No es razonable un país que tiene abiertos sus restaurantes a la una de la madrugada», señaló en una reunión del grupo parlamentario de Sumar, en el que manifestó su deseo de equiparlos a horarios europeos.
El gremio riojano entiende que no se ajusta a la idiosincrasia del país y solo acarrearía perjuicios para empresarios, trabajadores y la administración y estiman un descenso de facturación que podría ser hasta de un 20%. «La caída de ingresos conllevaría menos ganancias, lo que detraería la contratación de personal, además de rebaja en el pago de impuestos, lo que sería un ladrillo más en la gran casa de una deuda, que alcanza proporciones gigantes».
Así se expresa Francisco Martínez Berges, presidente de la Asociación Hostelería Riojana, que entiende que el planteamiento «no tiene razón de ser» y considera que la ministra carece de conocimientos sobre el sector. «Es palabrería que no viene a cuento, ha sido otro patinazo de los suyos, de los que hace siempre;siempre usa la hostelería», señala Berges, a quien tampoco convence la coartada de Díaz para adelantar los horarios de cierre de la hostelería.
La titular de Trabajo justificó su propuesta en su voluntad de «racionalizar el tiempo», un argumento que el presidente de la asociación de la FER contrapone con el hecho de que bomberos, sanitarios u operarios de fábricas con turnos también trabajan en horario nocturno.
Exige a la vicepresidenta que se informe sobre las condiciones de los trabajadores de hostelería, cuyos convenios colectivos ya contemplan, «está puesto y clarito», lo que se paga en horario nocturno que, en función de comunidades, puede suponer entre un 20 y un 20% más y «así se hace». Porque, asegura Berges, «nosotros hablamos de hostelería seria», de la que en este país ha pasado más inspecciones «que nadie».
Al respecto, confirma que se han incrementado e insiste en el cumplimiento escrupuloso por parte de un sector en el que desde hace varios años todos sus trabajadores deben fichar con huella digital o rúbrica, tanto a la entrada como a la salida. «Mis camareros, si no están dados de alta, no pueden cobrar en caja», resalta Berges, que señala que todo queda registrado, una información que está disponible para la Inspección, que puede comprobar horarios y duración de la jornada.
«No se entera, no sabe de lo que está hablando», señala el empresario sobre Yolanda Díaz, y apunta que desde la pandemia, la hostelería «siempre ha estado en el foco». Presume de que el gremio ha contribuido a que España se convierte en el país en atraer el mayor número de turistas de todo el mundo; «hemos batido un récord y nos hemos convertido en la envidia de toda Europa».
«Tenemos que llegar a un consenso»
El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Logroño anunció el lunes su voluntad de agilizar la normativa contra el ruido, un asunto de gran incumbencia para la hostelería. Al respecto, el presidente de la asociación que les agrupa. Francisco Martínez Berges, señala que, además de comerciantes u hosteleros, todos somos vecinos, por lo que puede entender la polémica del ruido. «Lo comprendemos, pero la gente que protesta cuando sale quiere divertirse», y reflexiona que el objetivo es alcanzar un acuerdo entre todos para lo que es necesario «ceder un poco por todas las partes». Constata la necesidad de acercar posturas para que el empresario «siga facturando y pagando impuestos y que los ciudadanos puedan descansar» y afirma, respecto al ruido que se genera con la recogida de terrazas, que se están tomando medidas para poner soluciones. Rechaza los comentarios de quienes afirman que los bares permanecen en funcionamiento «a puerta cerrada» tiempo después de la hora límite y, aunque «siempre puede haber algún pirata», no es el bloque del sector.