Un trabajador de la construcción que, herido tras una caída de varios metros en una obra en el parque San Miguel de Logroño en septiembre de 2022, murió el día de Reyes, fue el primer fallecido en accidente laboral en La Rioja el año pasado. Siguieron después 13 más -algunos de ellos víctima de graves sucesos, como el incendio de la discoteca Bella Época de Logroño, el derrumbe en el edificio de Adoratrices o el atropello múltiple en el centro de salud de Haro- para cerrar 2023 con 14 muertos en accidente laboral, lo que convirtió al pasado en el año más aciago desde 2005. Así lo constatan los datos provisionales correspondientes al ejercicio pasado publicados el martes por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, que informa de que, al contrario que en La Rioja, en nuestro país 721 trabajadores murieron en accidente laboral en 2023, lo que supone 105 fallecidos menos que en 2022 , un 12,7% menos.
La cifra de laLa Rioja es aún más llamativa si se observa la evolución en los últimos cinco años -varios de ellos distorsionados a causa de la pandemia del coronavirus-, donde el número de víctimas mortales no ha hecho sino crecer:se produjo uno en 2018, seis en 2019, siete en 2020 y en 2021 para ascender a once en 2022 y a 14 el año pasado.
Este elevado número de víctimas convierte a La Rioja en la comunidad con mayor incidencia de accidentes laborales y roza el 10%, un 9,89%- sobre la afiliación media anual que fue de 131.436 cotizantes. Estos datos presentan una cifras considerablemente más altas de las que refleja la media nacional, del 2,92, o del 2,19 de Canarias y el 2,223 del País Vasco, que son los territorios con porcentajes más bajos. Un total de 13 de estos fallecidos eran asalariados y uno era trabajador autónomo y cuatro fallecieron in itínere.
Los accidentes. Este elevado número de fallecidos se produce en un año en el que los accidentes vuelven a datos de 2021, ejercicio en el que se produjeron un total de 4.720 frente a los 3.820 que se contabilizaron en 2020. La siniestralidad laboral se disparó en 2022 a 5.909, la cifra más elevada de la serie, para bajar a 4.544 el año pasado, debido a que se dejaron se contabilizar los casos de covid como accidente de trabajo. «Es en el sector sociosanitario donde más se nota el descenso», destaca la responsable de Salud Laboral de CCOO, Eva Fernández, que apunta que, por lo demás, las cosas no han mejorado en absoluto.
En concreto, y por sectores económicos, el mayor número de accidentes se produjo en la industria manufacturera, donde se contabilizaron 1.291, seguido de construcción, donde fueron 638, los 512 de comercio y reparación de vehículos y los 441 del ámbito sociosanitario, donde se constata un notable descenso desde los 1.332 de 2022, mientras que en el resto las cifras se presentan ligeramente más elevados.
Por lo que respecta a los accidentes graves se elevaron a 40, seis más que los 34 del ejercicio precedente. Precisamente, desde UGT ponen el acento en el crecimiento de tanto de este tipo de siniestros como los accidentes mortales. «Estamos a la cabeza de las comunidades españolas que mayor accidentalidad grave y mortal tiene que lamentar cada año», destaca el sindicato, que argumenta que esta circunstancia obedece a una falta «evidente» de planificación preventiva y a una «relajación en el rigor y en la exigencia» que las empresas deben seguir en la implantación de las medidas de prevención laboral.
Por ello, UGT reitera la necesidad de una mayor concienciación en materia preventiva y mayores controles de la Inspección y formación para las personas trabajadoras y delegados en materia preventiva.
Desde Comisiones Obreras, Eva Fernández coincide en que se registra la incidencia más elevada del país y reitera que en la prevención hay que insistir continuamente. «La cultura preventiva debe ser parte de la formación», señala la responsable de Salud Laboral de CCOO, que apunta que si la empresa no realiza el ejercicio de recodar la importancia de la prevención, los trabajadores tienden a «relajar» el alerta ante las situaciones de riesgo. «Es cosa de todos, pero es la empresa la que debe ofrecer esa formación», recalca.
En el mes y medio de 2024 son ya dos personas las fallecidas, ambas in itínere, un funcionario de la Consejería de Agricultura de 46 años que murió el pasado 17 de enero en Murillo y otro varón de 40 años residente en Cenicero que perdió la vida en un accidente sufrido con su furgoneta en El Redal.
Más mujeres accidentadas in itínere
La responsable de Salud Laboral de CCOO, Eva Fernández, destaca que los accidentes in itínere afectan más a las mujeres que a los varones. Con cifras hasta noviembre, ellas sufrieron casi 100 más que ellos -270 frente a 175-, con un aumento considerable en el primer caso del 21,6% respecto a los 222 del año anterior frente a los 170 de los varones. Estos siniestros se ceban con las mujeres porque afectan a las profesiones relacionadas con los cuidados y que desempeñan generalmente ellas, «que están todo el día en la carretera». Destaca que se está fallando en los sistemas de protección individual, particularmente en el caso de las mujeres, que se encuentran con EPI poco apropiados para su tamaño. «La salud laboral está masculinizada», afirma Fernández, que menciona el aumento de las bajas por salud mental, que hay que achacar a la carga laboral y al estrés. Menciona las bajas a causa de situaciones violentas, «algo que no se puede soportar» en el trabajo.