Los hombres y las mujeres utilizan sistemas biológicos diferentes para reducir el dolor, por lo que experimentan el alivio de forma distinta, según un nuevo estudio que podría ayudar a explicar por qué ellas padecen más este malestar de manera crónica y responden menos a los opiáceos.
Y es que, mientras que los hombres alivian el dolor liberando opiáceos endógenos, los analgésicos naturales del organismo, las mujeres recurren a otras vías no opiáceas.
Los opiáceos sintéticos, como la morfina y el fentanilo, son los analgésicos más potentes que existen. Se sabe que las mujeres responden mal a las terapias con opiáceos, que utilizan moléculas opiáceas sintéticas para unirse a los mismos receptores que los opiáceos endógenos naturales.