Orgullo de tía abuela, gigante y mujer

David Hernando Rioja
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María Peña cuenta la historia de su familiar, Nieves Sainz de Aja, quien recuperó el folclore riojano y creó el Grupo de Danzas de Logroño

María Peña, junto a los gigantes de Nieves Sainz de Aja y Serafín - Foto: Óscar Solorzano

Los cabezudos y gigantes son uno de los emblemas de las fiestas riojanas y en San Mateo son una de las atracciones más queridas, sobre todo por los más pequeños. 

Algunos de las más conocidos son Mateo Sagasta, los peñistas Paco y Rosi, la alcaldesa y el alcalde, el General Espartero, Duquesa de la Victoria, Marqués de la Ensenada y por último, los riojanos Serafín y Nieves.

Uno de los rostros más queridos es el que representa a la riojana Nieves Sainz de Aja, fundadora y directora del Grupo de Danzas de Logroño en el 1942. «Entre las personas de mediana edad, los más queridos son Serafín y Nieves. También llama la atención de la gente mayor, ya que cuando los ven pasar, enseguida los identifican y los llaman por su nombre», destaca uno de los miembros de la Asociación de gigantes y Cabezudos de La Rioja, Álvaro Sarabia.

Nieves Sainz de Aja entró en el mundo de la danza casi sin pensarlo. Sus hermanas mayores practicaban este arte e iban a clases, así que Nieves iba con ellas. Un día, se quedó una plaza libre y decidió probar. Una decisión que le ligaría de por vida a la danza y por la que se ganó el cariño de los riojanos. 

Otra de sus pasiones fueron los trajes regionales, así que esta mujer  recopiló durante más de 60 años los trajes más representativos de La Rioja, realizando previamente una enorme labor de investigación y de documentación.

Sainz de Aja tuvo otras facetas durante su vida. Fue docente en diferentes centros educativos y edil en el Consistorio de Logroño desde 1974 a 1978. 

Había muchas personas que la conocían muy bien, desde los diferentes miembros de su familia hasta miembros del Grupo de Danzas o de la propia sociedad logroñesa.

Una de ellas es María Peña, su sobrina-nieta, con la que compartió momentos muy bonitos durante su infancia y juventud.

María tiene actualmente 26 años y su tía abuela cumpliría 100 años en este 2024. Cuenta que supo de la repercusión y la fama de Nieves desde que era bastante pequeña.

En su memoria hay clavado un recuerdo «muy claro» con su tía abuela. «Siempre íbamos de la mano de la tía Nieves en las fiestas y en las procesiones de San Bernabé», recuerda con orgullo. Además, Peña revela otro hecho que le llamaba mucho la atención cuando era pequeña, ya que «a mi hermana y a mí nos ponían el traje de regional de riojanas. Te dabas cuenta de que eso no era normal porque veíais a otros niños que no lo llevaban y te preguntabas porque tú si». 

Aunque recalca que eran momentos «súper especiales» porque «ella se encargaba de que todo estuviese al detalle y todo en su sitio».

Una vez que creció y fue una adolescente, Peña comprobó que cada San Mateo y San Bernabé podía ver a Nieves Sainz de Aja de varias formas. La primera en carne y hueso y la segunda como una de las Gigantes de La Rioja.

Señala que se enteró de esto último cuando era una adolescente. «Si que me dio más curiosidad a partir de ahí conocer más a fondo quien era mi tía, ya que tener un gigante es curioso», reconoce.

Relata que inició una investigación sobre su tía abuela y aprendió que «fue una mujer súper importante en el folclore riojano porque ella fue la que se dedicó a ir pueblo a pueblo para recopilar las costumbres que se habían perdido hasta el momento». «Hubo un momento que el folclore riojano se perdió pero ella fue con su libreta a preguntar y a recrear los trajes tradicionales, entre otras acciones», destaca con entusiasmo.

Orgullo. María Peña afirma que cuando descubrió y conoció toda la historia de Nieves sintió «mucho orgullo». También subraya el hecho de que todo este trabajo lo realizó una mujer, ya que «en ese momento, las mujeres no teníamos tanta importancia».

Remarca el hecho de que todo este trabajo le permitió convertirse en la primer mujer que ocupó el cargo de concejal en el Ayuntamiento de Logroño. 

«Todo esto me hizo sentir bastante orgullosa. Ahora ves los cabezudos y los sientes como algo tuyo», indica.

Esta joven de 26 años guarda otros recuerdos entrañables con su tía abuela. Cuenta que Nieves no tuvo hijos, así que «los niños pequeños de la familia éramos como sus pequeños».

Folclore. La pasión y amor que sentía Nieves Sainz de Aja por el folclore no ha trascendido en su familia pero «siempre ha tenido grandes amigos que son los que se encargan del grupo de danzas de Logroño», destaca Peña.

Indica que los miembros de la familia han perdido este cariño por el folclore. Pero esta sobrina nieta no descarta volver a retomar este camino. «Lo he pensado y como poco, si no es seguir los pasos tal cual, me gustaría volver a investigar sobre las danzas de nuestra tierra», apunta.

«Le he dado una vuelta y he pensado volver a interesarme y probar todo eso o volver a reunirme con los amigos de Nieves. La idea es que me cuenten sobre el tema», concluye.