Una entre las grandes

Bruno Calleja Escalona
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Duques de Nájera, llamada cuando se proyectó Rambla Primera, nació hace un cuarto de siglo para enlazar entre sí los 3 principales accesos a Logroño: Vara de Rey, Murrieta y Chile

Una niña mira las obras de la tapia del colegio Doctor Castroviejo, en una imagen de principios de los años 80. Al fondo a la izquierda, edificios en obra de la actual sede de la Guardia Civil. - Foto: Archivo de Taquio Uzqueda

Ningún vecino o vecina dudaría en situar a la calle Duques de Nájera entre las principales arterias que vertebran Logroño. La reforma de su arranque, en el famoso y controvertido nudo de Vara de Rey, le ha dado un toque de modernidad a una avenida que nació con el propósito de unir los tres principales accesos de entrada y salida de la ciudad: Vara de Rey, Chile y Murrieta y su continuación en Avenida de Burgos.

El derribo de las murallas en 1861 abrió a la ciudad a un nuevo crecimiento, ayudado por la presencia de importantes infraestructuras, como la vía de tren y la estación de la Gran Vía, que facilitaron el desarrollo hacia el sur y el oeste. Los ensanches alumbraron nuevas calles que evolucionaron hacia importantes arterias urbanas. El antiguo Camino a Cabañas de Virtus se convirtió en la calle Marqués de Murrieta, mientras que el Camino de Soria tornó en Vara de Rey. El avance de la ciudad pronto llevó a las autoridades a replantearse el trazado ferroviario, al quedar engullido por la trama urbana. Sin embargo, la Guerra Civil paralizó el proyecto. Fue en 1958 cuando se inauguró la nueva estación de trenes en la Plaza de Europa, mientras Logroño seguía reconvirtiendo en calles antiguos caminos, como el de San Adrián, que dio lugar a la calle Chile.

En 1980, las tres arterias que vertebraron el crecimiento logroñés quedaban unidas por una nueva calle: Duques de Nájera. Había sido diseñada unos años atrás bajo la denominación de Rambla Primera, pero el nombre actual se lo otorgó el Ayuntamiento el 20 de febrero de 1975, con Narciso San Baldomero como alcalde. La traza de la nueva calle atravesaba el colegio de Jesuitas, que con el tiempo se erigió a ambos lados del vial, además de algunos chalés y fincas de recreo, que progresivamente fueron dando paso a bloques de viviendas. Para abrir la nueva calle se derribó en Vara de Rey el asilo de los Ancianos Desamparados. Un año después se inauguraron las instalaciones de la Guardia Civil, en el cruce con Avenida de Burgos. El proyecto había sido redactado en 1979. En esos momentos desaparecía también del entorno el asilo de Santa Justa. En 1986, junto a Duques de Nájera se inauguró el Parque de la Laguna, que en la actualidad conecta con el de San Miguel. Hoy,  es sin duda uno de los ejes de comunicación este-oeste más  importantes de Logroño.