Señala la OCU que tras dos años de vorágine inflacionista, que ha sido muy notable en el mundo de la alimentación, las cosas se van calmando. Con una subida del 55% en una década, ha sido el besugo el producto que más se ha disparado, con un precio un 180% más elevado que en 2015, mientras que la merluza apunta un incremento del 71% y un 70% el cordero;el de la piña ha sido más modesto, del 40%.
¿Y qué ha pasado respecto al año pasado? Exceptuado el chocolate, que presenta un encarecimiento cercano al 22%, y los zumos de frutas, de un 13,4%, son las carnes las que han experimentado un incremento de mayor envergadura. Según los últimos datos del INE, correspondientes a noviembre, la de ovino y caprino se ha encarecido un 8,4%;la de vacuno, un 5,5%;y la de porcino, un 2,2. La carnicería Luis G Terroba tenía la pasada Navidad el cochinillo a 25 euros el kilo y a 30 el cabrito;ayer el cochinillo era un euro más barato, y el cabrito costaba lo mismo; el cordero, en cambio, se ha encarecido un euro, hasta 25.
Aunque según el INE, el aumento interanual del pescado hasta noviembre era del 1,8%, en el periodo previo a la Navidad, su encarecimiento era mucho mayor que el de la carnicería. En Pescadería Insausti, el rape cuesta cinco euros más el año pasado -un 10,2% más-;mientras que el encarecimiento de la merluza ha sido similar, al pasar de 34,5 euros a 38,5 euros el kilo. ¿Yla uva? Bueno, pues aunque parezca que el precio está muy elevado, el año pasado su coste era parecido y eso que, según el INE, hasta noviembre, la fruta fresca era un 1,1% más barata.
La buena noticia la presenta el aceite de oliva, que después del azúcar, que registra una caída anual del 11,8%, es el producto alimenticio que mayor descenso de precio arroja en un año, del 3,7%, una rebaja que no puede, ni de lejos, equilibrar la extraordinaria subida que había experimentado un año antes, del 66,7%