A finales de diciembre del pasado ejercicio 2023, la Guardia Civil desplegaba un importante operativo en las plantas riojanas de la conservera Plaza Chica en Alfaro y Cervera del Río Alhama en el marco de la macrooperación internacional Opson XIII. Una investigación de carácter internacional que se ha saldado con la detención de 32 personas, cuatro de ellas en la Comunidad autónoma, y otros 21 investigados por fraude alimentario.
Tan solo unos días después de la entrada de los efectivos del Instituto Armado en colaboración con agentes de Europol a las dos factorías de la compañía riojana, Plaza Chica era objeto de una estafa por el método Business Email Compromise (BEC). Es decir, los responsables del timo interceptaron un correo electrónico en el que figuraba una cuenta bancaria y la modificaron por la suya propia con el fin de recibir la cantidad económica de dicha factura. La estafa ascendió a cerca de 130.000 euros.
Según ha podido saber El Día de La Rioja de fuentes próximas a la compañía, un año después de materializarse la estafa, los investigadores no han logrado seguir el rastro del dinero ni de las cuentas bancarias a las que llegó el pago de la factura adeudada a la conservera riojana. De hecho, un año después de la intervención policial y de la materialización de la estafa, tal y como señalan las mismas fuentes, la Guardia Civil mantiene la investigación abierta sin haber conseguido dar pasos decisivos que aclararan lo sucedido.
Un hecho que suma un peldaño más al descalabro generalizado de la compañía asentada en La Rioja Baja tras la detención de dos hombres y dos mujeres acusados de presuntos delitos contra la propiedad industrial, estafa, fraude alimentario, falsificación documental y contra la salud pública.
En el caso de las plantas riojanas, tal y como informó el Instituto Armado en su día, y volvió a informar este pasado fin de semana, los responsables de las factorías de Alfaro y Cervera del Río Alhama elaboraban presuntamente atún de calidad inferior a la que reflejaban las etiquetas y aceite de girasol y orujo que comercializaban como oliva. Se incautaron, siempre en base a los datos facilitados por el Instituto Armado, unos 120.000 botes de conserva de atún y 45.000 litros de aceite, y fueron detenidas cuatro personas propietarias de la planta de Alfaro.
Lucha sindical. A partir de aquel momento, con ambas investigaciones, fraude alimentario y estafa, en marcha, arrancó la batalla sindical en defensa de los trabajadores tras el cierre de ambas plantas. La factoría de Cervera quedó definitivamente sin actividad. Por su parte, la planta de Alfaro, siempre en base a las últimas informaciones conocidas, pasó a manos de la firma gallega Cedimar, tras su entrada en concurso de acreedores.
Ya en marzo de este mismo año, el grupo gallego reanudó la actividad en la antigua factoría de Plaza Chica de Alfaro y dio de alta en la Seguridad Social a los 65 trabajadores empleados anteriormente al servicio de la compañía afincada en La Rioja.
Tal y como confirmó ayer Carlos Alfaro, secretario general de UGT-FICA del sindicato UGT, la factoría de Cervera del Río Alhama continúa cerrada y la de Alfaro se mantiene alquilada a Cedimar con los trabajadores subrogados al grupo procedente de Galicia.
En cualquier caso, todo el operativo desarrollado en ambas factorías de la Comunidad autónoma riojana permanece en manos de los Juzgados de Calahorra mientras que la estafa denunciada por Plaza Chica continúa a merced de los investigadores del Instituto Armado a la espera de obtener algún tipo de resultado al respecto.