La importancia de la fisioterapia ha crecido en los últimos años y cada vez más usuarios acuden a estos centros y profesionales para tratarse enfermedades, problemas físicos, molestias musculares o lesiones, entre otros.
La Rioja cuenta con 427 fisioterapeutas colegiados, de los cuales 135 son varones y 292 mujeres. De esos, la mayoría trabajan en el sector privado pero hay una minoría que desarrolla su actividad en el ámbito público, concretamente, el Servicio Riojano de Salud (SERIS) cuenta con 57 fisioterapeutas entre Atención Primaria y Atención Especializada, y siete plazas fijas en la Fundación Hospital de Calahorra.
Una cifra que ha incrementado desde el 2019, año en el que había 37 fisioterapeutas en el SERIS.
A pesar de esto, el Sindicato de Enfermería (SATSE) recuerda que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que haya un fisioterapeuta por cada 1.000 habitantes pero «La Rioja está en torno a 0,1 profesionales por cada 1.000 habitantes», lamentan.
La presidenta del Colegio Oficial de Fisioterapeutas de La Rioja, Ana San Juan, informa que el 80% de la profesión se dedica a la practica privada porque «el Sistema Público de Salud no ha podido adaptarse a los cambios tan rápidos que ha vivido esta profesión». «Cada vez se demanda más fisioterapia y el sistema público de salud es más lento», indica.
San Juan también apoya la petición de que el SERIS necesita más fisioterapeutas y por ello su colegio ha planteado una serie de propuestas al actual Gobierno de La Rioja sobre la contratación de nuevos trabajadores y sobre el tratamiento de las patologías crónicas. Detalla que han presentado estudios sobre el impacto que genera la fisioterapia en la sanidad pública, en los que se dice que «un fisioterapeuta acorta la estancia de los pacientes en la UCI un mínimo de dos días, y si cada día la unidad de cuidados intensivos cuesta unos 2.500 euros, fíjate lo que se ahorran si hubiera uno trabajando con ellos».
Además, añade que los pacientes salen de la UCI en mejores condiciones porque «pasa menos días hospitalizados».
San Juan informa que su colegio también ha presentado datos al Ejecutivo regional sobre lo que se podrían ahorrar en farmacología y en pruebas médicas con una mayor presencia de fisioterapeutas. Aparte, plantea la posibilidad de que instalen unas unidades de afrontamiento activo del dolor crónico.
Además, la presidenta destaca que una de las mejoras que ha habido en el cambio de fisioterapia pública es que se han abierto por la tarde los gimnasios de fisioterapia de todos los centros de salud que tenían turno de mañana. Estos centros son todos los de Logroño menos el que está en Labradores, ya que «es muy pequeño y no tiene fisioterapia ni de mañana ni de tarde»; y los que están en Nájera, Haro y Santo Domingo.
Reclamaciones. Por otro lado, el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de La Rioja ha planteado algunas reclamaciones para mejorar el servicio de los pacientes del SERIS y de los propios trabajadores.
Una de estas peticiones es luchar contra el intrusismo laboral que están sufriendo. «Siempre que el ejercicio esté encaminado a mejorar una patología o un dolor, deben realizarlo los fisioterapeutas», indica Ana San Juan. «Hay otros profesionales como los licenciados en educación física que quieren hacer nuestro trabajo porque si una persona está sana, estoy de acuerdo que sean ellos los que pauten el ejercicio, pero si tiene una patología, deben estar en manos de sanitarios, como los fisios», asegura.
Otra reclamación es la reorganización de los servicios en el SERIS porque «hay interconsultas innecesarias que alargan los procesos y crean las listas de espera hasta llegar al fisioterapeuta».
También solicitan bolsas de empleo en la sanidad publica según las especialidades de cada fisioterapeuta, de tal forma, «que si un fisioterapeuta tiene una formación concreta, que le puedan llamar para cubrir esa plaza especializada que ha quedado disponible en el Servicio Riojano de Salud».