Hoy se cumplen cuatro años del momento en el que el Gobierno de España declaró el estado de alarma debido a la pandemia provocada por la Covid-19, el 14 de marzo de 2020. Dicho estado de alarma se prorrogó hasta el 21 de junio de ese mismo año hasta las 00:00 horas.
El Gobierno de España hizo uso del artículo 116 de la Constitución Española para implantar esta medida, que tenía como objetivo garantizar la protección de la salud de los ciudadanos, la contención de la enfermedad y el refuerzo del sistema de salud pública.
La Rioja, al igual que toda España, vivió esta situación con miedo e incertidumbre, ya que no se sabía muy bien en que consistía este virus y la magnitud que meses más tarde alcanzaría.
Una de las voces autorizadas en esta región fue Fernando Martínez Soba, a quien nombraron presidente de la Comisión Covid del Colegio de Médicos de La Rioja, y ejercía como jefe de la UCI y Coordinador de Críticos.
Califica aquel estado de alarma como una decisión que no fue desproporcionada y que se tomó basándose en «la prudencia y en el aprendizaje del día a día». Recuerda aquellos días con «mucha incertidumbre, miedo, compromiso, incredulidad y perplejidad». «Es un recuerdo en el que tengo que raspar el pasado para poder rememorarlo porque no es fácil retroceder con la memoria hasta un periodo tan cercano pero que parece que fue hace mucho tiempo», señala.
Destaca el valor de todas los profesionales sanitarios que atendieron pacientes covid jugándose la vida, sobre todo al principio de la pandemia, «asumiendo una atención con la misma vocación, el mismo compromiso y respeto que hemos tenido hacia esta profesión».
Asegura que todos los servicios y aspectos sanitarios que se sacaron adelante se hizo con la vocación de todos los profesionales sanitarios que entendían que era su deber y obligación. «En muchos casos atendíamos y acompañábamos a las pobres víctimas porque no teníamos un remedio para el virus», rememora.
También cuenta que los profesionales que vivieron aquella situación tratan de transmitir a los médicos más jóvenes como fue aquella vivencia. «Cuando les contamos se quedan perplejos porque teníamos que entrar a atender a un paciente sin saber si las barreras que tenías iban a ser efectivas o no, si te ibas a infectar o no, o si ibas a e infectar a tus seres queridos», apunta Martínez.
«Todos los profesionales estuvieron a la altura. Los recursos se tuvieron que adaptar y todos recordaremos a los pacientes jóvenes a los que no pudimos ayudar ni salvar», subraya.
sociedad. Fernando Martínez responde a la pregunta sobre si la sociedad ha salido bien de esta pandemia de dos maneras. Pide que a los profesionales médicos que vivieron la pandemia no se les olvide nunca pero «la sociedad, con el tiempo, va anestesiándose y borrando las cosas malas como mecanismos de defensa».
«No podemos estar anclados en lo que pasó sino que tenemos que aprender de los posibles errores que se pudieran haber cometido para que no se vuelvan a repetir», indica.
Por todo esto, remarca la importancia de banalizar el virus porque «no tiene la capacidad que tenía al principio» y de no olvidar lo que pasó ni como la sociedad se adaptó a la situación ni lo que supuso para muchas familias, pacientes, profesionales. «No vamos a rememorar la pandemia siempre pero que no se nos olvide aquello porque desde el punto de vista médico, fue lo más parecido a una guerra», señala.
Respecto a si el mundo está preparado en el caso de que vuelva a suceder algo parecido, Martínez afirma que «lo más probable es que la condición humana no esté preparada porque no sabemos que virus va a ser, como va a ser o a quien va a afectar», concluye.