Esto dará rango de ley a una situación que ya estaba sucediendo, y que hasta ahora se había estado regulando mediante reales decretos». Para Ignacio Martínez Zapater, director de la Escuela Superior de Diseño de La Rioja (ESDIR) esta sería la explicación más acertada para la Ley de Enseñanzas Artísticas. Asimismo, destaca la connotación errónea de que se tilde como novedad la homologación a los estudios universitarios ya que, señala, «la realidad es que desde hace 15 años impartimos el mismo nivel de formación en nuestras titulaciones que las universidades».
Entonces, ¿dónde radicaría la novedad? Por un lado, en la organización de los centros. Además de la equiparación con los estudiantes universitarios en cuanto al acceso a becas, los profesores también se reconocen como homólogos a los de la universidad. En el caso de la ESDIR, los 60 profesores que trabajan en ella se beneficiarían de estas novedades.
«Los docentes ahora trabajamos en un régimen de tramitación paralelo a la enseñanza secundaria, por lo que ahora nos aproximamos a la universidad en cuanto a acreditación, exigencias de doctorado y reconocimiento de nuestra actividad», y destaca la labor investigadora, «en la universidad se dedica un tiempo importante a la investigación, mientras que en las enseñanzas artísticas superiores ese tiempo, aunque se produce, no se estaba reconociendo».
Por otro lado, destaca el plano más social. En este sentido, Martínez Zapater indica que la nueva ley «contribuye al reconocimiento de las enseñanzas por la sociedad, a ponerles en un lugar diferenciado en el sistema educativo, con lo cual van a ganar presencia». Más presencia, pero «la titulación que reciben nuestros alumnos seguirá siendo la misma».
«Para la sociedad parece que algo nuevo está sucediendo, aunque en realidad desde 2010 ya se venían impartiendo estudios equivalentes al grado universitario», asegura el director de la ESDIR, y por ello señala «una de nuestras funciones principales es intentar difundir las actividades que se desarrollan en la escuela, y que desde hace 15 años impartimos al mismo nivel que las universidades».
Más competencias. Otro de los cambios más sustanciales para la ESDIR será el incremento en su competencia para la planificación de los estudios, de manera que los centros podrán plantear a los gobiernos regionales la creación de nuevos estudios.
«Abre la posibilidad a que los centros tengan más autonomía para la creación de nuevos títulos y estudios, que era algo que venía siendo habitual en los centros de enseñanza privados o adscritos a universidades» y destaca que, gracias a ello, «ahora se abre la puerta a permitir crear estudios nuevos».