El campo riojano, al igual que el de todo el país, mostró ayer de nuevo su fortaleza y mantuvo el pulso ante unas administraciones a las que culpan de ningunear a unos profesionales y un modo de vida que se encuentra en estado comatoso.

Los anuncios de la vicepresidenta de la Comisión Europa,Ursula von der Leyen, el martes, y del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ayer, de vigilar el cumplimiento de la ley de la cadena alimentaria, no han menguado un ápice el descontento de los profesionales que, lejos de minorar  la intensidad de sus protestas, incrementaron ayer su magnitud.

La Delegación del Gobierno, cuya información matinal hablaba de un descenso del número de participantes en las concentraciones, -487- volvió a encontrarse con la negativa de los agricultores, que la cifraron en número mucho más elevado.

Independientemente de la cifra, el despliegue fue patente en las diferentes carreteras de la comunidad y, al igual que el martes, los polígonos de El Sequero y Lentiscares, y los accesos a Logroño fueron las dianas de la protesta a primeras horas de las mañana, coincidiendo con las horas de inicio de la jornada laboral.

Las movilizaciones se recrudecieron a media mañana en los polígonos de La Portalada -Logroño- y, sobre todo, en Lentiscares, en Navarrete, donde los agricultores -unos 200- dejaron aparcados sus tractores y se dirigieron a pie hasta la autovía, donde penetraron cortando los carriles de circulación de manera alternativa, lo que generó importantes retenciones.

Esto conllevó la llegada de la Guardia Civil, con quien se generó cierta tensión y lanzó una salva al aire. La intervención de la principal cara visible de la protesta, Eduardo Herreros, templó los ánimos.

«No debería haber pasado». «Es algo que no debía haberse producido nunca;siempre se ha pretendido que la protesta sea pacífica, cívica y respetuosa tanto con los vehículos como con las administraciones y las fuerzas de seguridad», resalta un agricultor, que reitera su descontento por el cariz de un acontecimiento ajeno al espíritu de la protesta.

Esta situación, unida a otro corte de tráfico en La Portalada a la misma hora, provocó el enfado de la delegada del Gobierno, Beatriz Arraiz, que apeló a «la responsabilidad» de los participantes en la tractorada para no cruzar «una línea roja», como provocar cortes en la circulación,

«Son actitudes que no vamos a autorizar de facto porque ponen en peligro a los manifestantes», afirmó la delegada del Gobierno, que informó de que se había identificado a las personas involucradas en los incidentes, a los que, avanzó, se sancionará.

Paralelamente, los tractores provocaron tráfico lento, aunque sin detenerlo, en los otros puntos elegidos para realizar la protesta, esto es, entre Santo Domingo y Grañón;entre Haro y Briones;en Casalareina o en Nájera, en la rotonda de acceso desde Logroño. Cenicero, Villamediana y el tramo entre Recajo y Agoncillo en La Rioja Media; en Calahorra, a la salida hacia Rincón de Soto; o en Alfaro, hacia el límite con Navarra, en Rioja Baja, fueron también escenario de las movilizaciones, que continuaron por la tarde, con la 232 como principal vía afectada.

Por lo que respecta a la capital, los tractores accedieron al centro durante todo el día -a las cinco de la tarde, al mismo tiempo que las organizaciones agrarias mostraban su apoyo a los manifestantes, un reducido número recorría la Gran Vía- sin que se produjeran incidentes serios.

Los agricultores tienen previsto, desde primera hora de hoy, continuar las protestas en todo el territorio riojano.