En lo que fue paseo extramuros y próximo al antiguo convento de Carmelitas, en un espacio «profundamente logroñés», la Glorieta del Doctor Zubía, se desarrollará una intensa intervención que «reinventará» un espacio «singular, pero apartado pese a estar en el centro». Así lo definió el alcalde de Logroño, Conrado Escobar que, acompañado por Íñigo López Araquistain, concejal de Arquitectura, avanzó las claves de un anteproyecto que han elaborado dos técnicas municipales, que estará definitivamente redactado en mayo para licitarse entre junio y julio con el objetivo de iniciar las obras en otoño para concluir en diez meses.
Con la intención de que captar el tránsito ciudadano y «estar a la altura» del rehabilitado instituto Sagasta, se ha planeado una intervención que prevé reordenar la plaza en dos áreas y, tal como prometió durante la campaña electoral, convertirla en el enlace que permita la unión del casco antiguo con el paseo de las Cien Tiendas, además de recuperar la arboleda y jardines históricos.
Sin haber experimentado una intervención en profundidad desde los años 90 del siglo pasado, «por compromiso con la ciudad, coherencia y porque Logroño lo merece», se «rediseñará y reinterpretará» un espacio al que se le sustituirá el «polémico» pavimento -que se reaprovechará, algunos de los adoquines en la propia Glorieta-, al igual que el del entorno.
«Se trata de reinterpretar, pero sin perder la esencia de la plaza», contó el alcalde, que explicó que se reordenará sobre dos espacios claramente diferenciados, la zona que mira a Muro de Cervantes será la «parte singular, principal y más solemne», donde se aprovecharán los elementos ornamentales de los jardines, los bustos del doctor Castroviejo, del doctor Zubía y Sagasta, y donde se prevé cambiar de ubicación el escudo de la ciudad, que está sufriendo un importante proceso de deterioro.
La otra gran zona es la colindante a Juan XXIII, un espacio «privilegiado» de la ciudad, donde se aprovechará la arboleda y si, así lo consideran los responsables de medio natural, incorporarán nuevas especies. Para ello, se analizará de su situación actual y reconsiderará la plantación de las especies arbustivas y florales más adecuadas en su ubicación.
La voluntad de los responsables municipales es, a su vez, recuperar el valor de aula de botánica para los alumnos del Sagasta y se propone la utilización de una parte de los parterres en Muro del Carmen para destinarlos a la plantación, experimentación y aprendizaje de los estudiantes, que se encargarían de su mantenimiento y conservación.
Tránsito natural. Conrado Escobar incidió en la importancia de la zona colindante con Duquesa de la Victoria, Beti Jai y Juan XXIII, que dan acceso a la zona de las Cien Tiendas. En esta área se propone una zona «más permeable» para el tránsito peatonal para lo que se instalará una plataforma única en el frontal del Círculo Logroñés para hacer «más transitable y amable» el citado espacio.
Hay una cuarta actuación, destinada a conectar La Glorieta con las calles Portales y Rodríguez Paterna, donde se plantea una respuesta «muy ingeniosa», que propone trasladar el paso de peatones para que gane centralidad, «un abanico» que permitirá que recobren protagonismo la plaza Amós Salvador y la sede del IER -antiguo ayuntamiento. «El paso de peatones estará protegido por otra zona, claramente diferenciada, que permita que la perspectiva sea más atractiva», explicó el alcalde, que apuntó que se establecerá sobre plataforma única. Escobar señaló que se mantendrá la circulación como está y reiteró que el objetivo es lograr que la plaza sea «lo más transitable posible» para lo que se sustituirá el pavimento por otro más adecuado que, según avanzó el concejal, podría ser granito, aunque no se ha definido.
«Se trata de que sin perder el carácter ornamental, solemne y señero permita que La Glorieta pase de ser una plaza segundona a una principal», dijo Escobar. Tendrá un presupuesto estimado de dos millones, aunque «no se escatimarán» esfuerzos.
Los insignes. ldefonso Zubía Icazuriaga (Logroño, 24 de enero? de 1819 - ibídem, 3 de junio de 1891), catedrático de Historia Natural, fue un destacado farmacéutico y botánico español que desarrolló su labor científica en el campo de la botánica y que da nombre a La Glorieta desde 1899. Director del entonces único instituto de Logroño en dos periodos es autor de Flora de la Rioja, su estatua se reubicará en un espacio predominante que ponga en valor su figura. Otro insigne riojano que se quiere ensalzar es Práxedes Mateo Sagasta, de Torrecilla, y siete veces presidente del Gobierno en el siglo XIX. En el entorno de la estatua de este hombre, al que Logroño debe desde el instituto hasta un puente, se plantea una nueva pérgola. Al doctor Ramón Castroviejo, hijo también de un oftalmólogo, célebre por sus avances en el trasplante de córnea y precursor en España de los bancos de ojos, también se le quiere otorgar un lugar de honor para lo que, dijo el alcalde, ya se ha hablado con la familia.