La estudiante logroñesa de sexto año en la universidad de Zaragoza, Laura Gómez Terroba, es una de las 53 estudiantes en prácticas que ha tenido el hospital San Pedro en este 2023.
Cuenta que tiene claro que quiere hacer anestesia porque «me gusta mucho el ambiente de quirófano, además de que me da la sensación que en los momentos en los que el paciente está ahí solo en la mesa, el anestesista y las enfermeras son los que lo tranquilizan, lo ayudan a dormir y hacen que el despertar no sea malo», indica.
Destaca el trato que ha recibido en el servicio de Anestesia, ya que «me han tratado como una R0, es decir, no eres residente oficial pero estás en ese trance».
Reconoce que no estaba segura de venir a Logroño a hacer las prácticas porque le daba la sensación de que es una ciudad más pequeña que otras e iba a haber menos servicios. «Pero es verdad que tenía buenas referencias después de hablar con gente de otros años y cuando llegué aquí me di cuenta de que el hospital ha crecido muchísimo», señala.
Por ese motivo, reivindica el hecho de que aunque Logroño sea una población más pequeña, no tiene porque haber menos patologías. «Aquí se opera y ves de todo. No te dejas nada fuera de lo común sin ver», asegura esta estudiante.
Por otra parte, Gómez relata que ha pasado por diferentes servicios desde que empezó sus prácticas en septiembre. Pidió la rotación en cardiología porque «me llamaba la atención y quiero formarme más en aquellas cosas en las que cojeas un poco. Se hace prácticamente de todo en este servicio».
También estuvo en un centro de salud y en urgencias. Esta joven pide que los estudiantes en prácticas estén más en urgencias porque «me parecen súper completas». «Son como una medicina de familia pero modificada. Si estás en consulta se parece a una medicina de familia o centro de salud pero si estás en boxes ves un montón de cosas, tiene la parte de prehospitalización o la unidad de corta estancia», detalla.
Respecto a la tarea más difícil que ha realizado, relata que fue la primera vez que puso una anestesia raquidia. «No te esperas que te dejen hacerlo y cuando ves que te sale bien, te sientes súper bien. Aunque cuando no me ha salido bien, se que los tenía ahí para apoyarme y ayudarme. Es un día lleno de experiencias nuevas», afirma.
Por otra parte, Gómez asegura que estas prácticas le van a permitir salir «mucho más preparada de lo que pensaba». «Hablas con pacientes, haces historias, interpretas imágenes, y además, sabes que pruebas pedir y para que lo haces», concluye Gómez.