El calor 'funde' el Camino

Sergio Jiménez Foronda (Efe)
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El albergue de Logroño recibe menos usuarios que años anteriores en estas fechas debido a las altas temperaturas, que empujan a los peregrinos a escoger otros trayectos más frescos para alcanzar su meta compostelana

Dos peregrinas de origen asiático descansan en el patio del albergue jacobeo de la capital riojana. - Foto: Ingrid

Recorrer la ruta jacobea es fruto de satisfacciones, aunque exige esfuerzo y sacrificio, pero todo tiene un límite. El albergue de Logroño nota que llegan menos peregrinos del Camino de Santiago respecto a años anteriores en estas fechas, lo que se debe a que las altas temperaturas les hacen escoger otros trayectos más frescos para alcanzar su meta.

Así lo aseguró a Efe una de las hospitaleras de este albergue, Carmen García, quien explicó este jueves, cuando se conmemoraba el día de Santiago Apóstol, que «a Santiago de Compostela va cada vez más gente, pero acuden por otros caminos más frescos» que el que atraviesa la capital riojana.

García, quien trabaja como hospitalera en este albergue desde hace ocho años y siempre en las mismas fechas, destacó que nota que acuden «bastante menos peregrinos que otros años» y, sobre el perfil apuntó que suele ser «gente bastante mayor», algo que no ha cambiado en su experiencia.

Esta hospitalera detalló que la procedencia de los peregrinos es «muy variada» y, por ejemplo, en solo un día, pueden acudir caminantes procedentes de Portugal, Francia, Dinamarca, Noruega, Estados Unidos, Taiwán, Francia y, por supuesto, España.

A pesar de los distintos orígenes, todos los peregrinos buscan lo mismo en un albergue como el de Logroño, descansar, algo que ponen en práctica de distintas formas, como practicando yoga, leyendo o metiendo los pies en la fuente del patio de esta instalación.

«Sobre todo, ellos quieren descansar y tener un sitio en el que darse una ducha, por lo que este albergue les va muy bien porque tienen un patio en el que están muy frescos, pueden meter los pies en la fuente, lavar la ropa y dormir», subrayó Carmen García.

Además, los peregrinos que se alojan en este albergue de la capital riojana tienen la posibilidad de cocinar, pero «muchos quieren ir a comer a algún sitio y nos preguntan; mientras que otros vienen directamente sabiendo que en Logroño existe la Calle Laurel y quieren que les indiquemos dónde se encuentra».

Sin embargo, «cada vez menos peregrinos nos preguntan por la hora de la misa. Antes preguntaban más cuando terminaban de inscribirse», comentó esta hospitalera a modo de anécdota.

Soltar estrés y cultura. Uno de los peregrinos que descansa en este albergue mojando sus pies en la fuente es David Roberto Santos, de 20 años y natural de Burgos, quien manifestó a Efe que el motivo de su viaje es "por cultura y deporte sobre todo, más que por religión».

«En las primeras etapas no hay muchos españoles y te sientes solo porque o sabes idiomas o no hablas tanto con la gente, y se hace un poco largo, pero en los albergues te lo pasas muy bien y conoces a mucha gente, que, de momento, es lo que más me está gustando», remarcó.

A unos metros de este peregrino se encuentra Ellen Skavervd, de 54 años y procedente Noruega, quien descansa junto con su marido antes de retomar el Camino de Santiago, un recorrido que les permite «soltar estrés, porque tenemos unos trabajos bastante estresantes», indicó. 

«Es bueno venir aquí y que la única tarea que tengas sea ir de un pueblo hasta el siguiente, es algo diferente y un buen momento para estar juntos», destacó esta peregrina nórdica, quien apuntó que no viajan por motivos religiosos, aunque visitan iglesias y «son interesantes».

Sobre qué es lo que más disfruta de este recorrido, aseguró que «ver lugares que nunca hubiera visto y conocer a gente de todo el mundo»; mientras que lo más incómodo para ella es «el calor que hace», frente al que tienen un método que consiste en «empezar el recorrido a las seis de la mañana y caminar por la sombra».