Con experiencia contrastada en las instituciones europeas, el puesto número 13 en la lista del Partido Popular le asegura a la riojana Esther Herranz su retorno a la política comunitaria. Mejorar la Política Agraria Común y acomodar los requerimientos de sostenibilidad a la realidad del campo son algunos de sus retos en el regreso a la Eurocámara.
El auge de la ultraderecha en Europa copa parte del debate en esta campaña electoral y desde la izquierda denuncian tibieza de los populares hacia estos partidos. ¿Están las líneas entre ustedes y esas formaciones ultra bien deslindadas?
Es cierto que en algunos estados miembros la ultraderecha está fuerte, pero en España todos los sondeos dicen que el centro derecha, que es el Partido Popular, y el Partido Socialista, recibirían la mayoría de los escaños. En cualquier caso, como dijo la candidata socialista aquí, dependerá siempre de la posición que tomen los partidos con respecto a los temas. Por ejemplo, parece ser que la presidenta italiana está cambiando su posición con respecto a muchos temas. Lo importante es si se es o no europeísta. El PP es un partido europeísta y en eso no cambiaremos de opinión. La extrema derecha y la extrema izquierda siempre han sido euroescépticos y por tanto con ellos no hay posibilidad de acuerdo. Quien no cree en Europa no puede pactar con el Partido Popular, pero si las posiciones de otros grupos son proeuropeas siempre se puede llegar a una negociación.
¿Qué la falta y qué le sobra a la PAC?
A esta PAC de los últimos años le falta sentido común y equilibrio. El Partido Popular no es negacionista; sabemos que existe el cambio climático y tenemos que luchar contra él, pero no a una velocidad que impida a la gente seguir esa dinámica. No queremos dejar a nadie atrás ni que agricultores y ganaderos sigan abandonando explotaciones al ritmo en que lo han hecho en estos tres últimos años, porque se han perdido 1.500 empresas agrarias y 138.000 empleos en España; luego, algo se estará haciendo mal.
¿Y qué alternativa propone el PP?
Una pausa clara en la legislación, no seguir con este frenesí legislativo que ha demostrado el Parlamento (europeo) en los últimos años, sino reflexionar sobre lo que se ha hecho, buscar las duplicidades, porque se ha llegado a legislar dos veces en la misma materia, y dar tiempo. No vamos a renunciar a los objetivos, pero sí dar tiempo para que se puedan alcanzar. También proponemos un parón al Pacto Verde, que está teniendo un rechazo enorme, porque promueve el abandono de la actividad agrícola y ganadera, que son sectores estratégicos porque nos dan de comer y son nuestra cultura. Hay que hacer las cosas con cabeza, con reflexión y tranquilidad y no presionando ni criminalizando a quienes siempre han sido los grandes defensores del medio rural, que son agricultores y ganaderos.
Da la impresión de que todos los partidos se identifican con la mayor parte de las reivindicaciones de los 'chalecos amarillos', pero tanto ustedes como los socialistas están en las instituciones donde se decide la PAC.
Y el Partido Popular votó en contra de esta PAC. Los objetivos son loables, pero no en los tiempos ni en la forma. Es necesario un esfuerzo medioambiental por parte de toda la sociedad, pero sin criminalizar a agricultores y ganaderos ni obligarles a seguir un ritmo que no pueden soportar. La carga en cuanto a requisitos medioambientales es una vuelta de tuerca que se suma a los de la década anterior de restricciones en fitosanitarios y fertilizantes. El problema ha estado en que el todopoderoso comisario Timmermans, que se ha erigido en el gran defensor del medioambiente en la Comisión Europea y que ha presionado a todos los actores, ha olvidado lo más importante: las personas.
¿Con la retirada del lobo del listado de especies protegidas, el Lespre, se solucionan los problemas de la ganadería?
Se soluciona el problema del lobo. Ojalá la ministra y candidata cumpla la legislación española, porque el Tribunal Supremo le dice que tiene evidencias científicas y que en determinados casos hay que eliminar ciertos ejemplares. El Gobierno de la Cantabria le ha exigido que cumpla esa exigencia del Supremo para poder dar solución a los problemas en municipios que están literalmente sitiados por el lobo. Pero la ganadería hay tratarla en su conjunto. La producción de carne, que en la UE es de excelente calidad porque cumple los criterios más elevados del planeta, se ve enfrentada en las tiendas con producciones de países terceros que no cumplen esos mismos requisitos. Y hay que asegurar un relevo generacional y reconocer el papel medioambiental de algunas especies, como el caprino, fundamental en la lucha contra los incendios en la Europa del sur.
Usted ha prometido defender el vino de Rioja de intentos políticos de fragmentar la Denominación de Origen. ¿La amenaza es el intento de Viñedos de Álava de que se le reconozca una Denominación propia o hay otras?
Fundamentalmente esa. Le dedicamos un punto especial en nuestro programa electoral porque la Denominación de Origen Calificada Rioja está sufriendo las presiones de los partidos políticos nacionalistas que la están poniendo en un brete. Fragmentar una Denominación histórica como Rioja no es una buena noticia para nadie.
¿Y está en la mano de la Unión Europea frenar ese intento de fragmentación?
La Comisión Europea es la que maneja las reglas del juego de las denominaciones de origen. Nosotros le pedimos que defienda la Denominación de Origen Calificada Rioja. Como es una denominación plurirregional, la competencia recae en el Estado, de manera que es el Ministerio de Agricultura el responsable de dar cumplimiento a las reglas de la propia denominación.
¿En materia de ferrocarril de alta velocidad, La Rioja puede aspirar a pasar de la red global a la básica, que allegaría más fondos europeos?
El Partido Socialista acaba de votar en contra de la inclusión en la red básica y el Partido Popular ha votado para que hubiera cambios y entrásemos en esa otra posibilidad de financiación mucho antes; pero el Partido Socialista europeo lo ha tumbado y los españoles del PSOE también.
Su partido propone que los menores de 16 años no puedan acceder a redes sociales sin permiso de los padres. ¿No es algo ya en vías de solución con la decisión del Gobierno de España de obligar a los fabricantes de móviles a facilitar el control parental?
El control parental es muy importante y bienvenida sea la decisión del Gobierno de España, que se ha dado cuenta ahora. Pero nuestro programa electoral es anterior a ese anuncio, que se ha hecho deprisa y corriendo. Nos están diciendo psicólogos y psiquiatras que las redes sociales, y sobre todos sus algoritmos, tienen un efecto perverso en la salud mental de nuestros jóvenes. Estamos hablando de que once millones de niños en España están sometidos a esta presión y les causa ansiedad y depresión. Queremos que los padres sean conscientes de que nuestros hijos están expuestos a una herramienta que bien utilizada es buena, pero que mal utilizada a determinadas edades puede afectarles muy seriamente a su desarrollo. También pedimos un plan europeo por la salud mental, sobre todo para jóvenes y niños. Quiero recordar que, lamentablemente, la mayor causa de muerte jóvenes y niños en España es el suicidio. Y proponemos un teléfono europeo para los 27 estados para que cuando haya una crisis con un problema de salud mental se pueda actuar de forma rápida.
¿Reforzar las fronteras frente a la inmigración irregular no choca con la necesidad de mano de obra en determinados sectores?
No, si las cosas se hacen bien. Nosotros estamos a favor de la inmigración regular, de luchar contra las mafias que traen a ciudadanos y ponen en riesgo sus vidas en las fronteras exteriores de la Unión Europea. Necesitamos mano de obra, pero las cosas han de hacerse de forma ordenada, legal y garantista para todos, para los que ya estamos en Europa y para los que quieren venir. No dejemos entrar a las mafias.