Solo es una hipótesis, pero suena real: el caso de Jules Koundé no sería ni el primero ni el último en la habitual sangría de futbolistas cuyas características físicas y técnicas son privilegiadas… pero cuya fortaleza mental, la capacidad para soportar el enorme peso de una camiseta, es inversamente proporcional a dichas facultades. El francés empieza a parecer aplastado por esa maquinaria autodestructiva, absolutamente aniquiladora, que es el Barça en crisis. El famoso 'entorno venenoso', la perífrasis que el aficionado medio usa para no decir directamente «somos nosotros mismos, nos matamos en cuanto podemos», ha erosionado la confianza del defensor hasta convertirlo en un futbolista débil y lleno de dudas cuando hasta ahora, a lo largo de su carrera, había lucido una confianza a prueba de bombas.
Ahora mismo, el futuro del galo cuelga de un fino hilo. Está en el centro del terremoto y, en esas circunstancias, solo los fuertes logran sacar la cabeza y recuperarse. El propio Xavi ha tenido 'encontronazos' con el jugador provocados por la insatisfacción del '23' azulgrana sobre su rol como lateral derecho -donde ha jugado casi la mitad de sus partidos desde que llegó a la Ciudad Condal-. Quería ser central… y como central le están llegando las más feroces críticas.
En la Supercopa de España, salió en la foto de tres de los cuatro goles que marcó el Real Madrid. En el primero se equivocó de gravedad tirando la línea del fuera de juego y Vinícius le ganó la espalda con mucha sencillez; en el segundo, tres cuartos de lo mismo, poniendo tan fácil la carrera al hueco de Rodrygo que el brasileño no tuvo más que entrar en su campo para evitar el 'offside'; y en el cuarto, firmando un despeje mediocre dentro del área que dejó el balón a los pies del propio Rodrygo Goes para que pusiera la rúbrica a la final con un remate muy sencillo (1-4).
El futuro
La preocupación en el Barcelona radica ahora en qué precio fijarle en la etiqueta. Ha pasado de «incuestionable» a «transferible», y el club asume que no podrá recuperar un buen 'pellizco' de lo que invirtió en verano de 2022 por su fichaje (pagó 50 millones de euros al Sevilla); de hecho, los primeros rumores sobre una posible venta el próximo verano hablan de la mitad de los 60 en los que Transfermarkt tasa al internacional: el Newcastle busca centrales y estaría dispuesto a ofrecer 30. Y otros de los equipos presuntamente interesados nunca subirían de los 35.
Los azulgranas, de hecho, ya han comenzado una campaña de sondeo y reconstrucción del eje de la zaga: de cara a la 24/25 harían efectiva la recompra de Chadi Riad (ahora en el Betis) por siete millones de euros y algunos medios catalanes apuntan a Mario Hermoso (Atlético de Madrid), que, a sus 28 años, no renovará en el Metropolitano: el Barça podría ejecutar una maniobra similar a la que hizo con Íñigo Martínez el pasado verano.
Con esos rumores, el futuro de Koundé empieza a dibujarse lejos de Barcelona. La dupla (con permiso de Christensen) que iba a marcar una época en la entidad, la que aseguró la última Liga con el mejor registro defensivo en la historia del club, se rompería en tiempo récord. A la velocidad a la que se rompen las carreras de los deportistas ahogados por la presión. Y tal vez lejos del Camp Nou y de Montjuïc, con una camiseta más 'ligera' y un 'entorno' más amable, el parisino vuelva a ser ese jugador descomunal por el que suspiró media Europa. Hoy, en el 'planeta-fútbol', es un flan con rastas y la mirada asustada del cordero rumbo al matadero.