Otras veces aquí de una manera u otra hemos hablado del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja, el Consejo para los amigos. Su función como sabemos es velar por la calidad de los vinos producidos en el marco de la Denominación y su promoción tanto en España como en el resto del mundo. Está claro que ambas funciones son francamente mejorables visto dónde estamos, es decir, tirando uvas con la vendimia en verde y destilando vinos en bodegas particulares y cooperativas.
La Denominación inicia su andadura por los locos años 20 aunque bien es cierto que no toma una forma sólida hasta los años 70 y sobre todo con el desarrollo de los años 80, la mejor década de la historia musicalmente hablando, por lo que dicen los expertos… Quiero decir, que la estructura que hoy conocemos y disfrutamos más o menos funciona así desde los años 80.
Ojo a este dato, dado que yo no conozco ninguna institución, empresa, sector, departamento o país que funcione igual en los años 80 que en 2024. Por lo que quizás este tema debiéramos hacérnoslo mirar, dado que igual la estructura que gobierna la Denominación debiera ser revisada;refundada que dicen los modernos.
Durante todos estos años claro que se han hecho muchas cosas incorporando algunas y retirado otras, como debe ser. Pero no nos engañemos, la estructura de gestión y gobierno de la Denominación apenas ha cambiado y sigue casi igual que en los años 80 y esto, repito, no es coherente. Necesitamos un Consejo Regulador que sea capaz de ir por delante de los problemas que acechan a nuestro sector y de dinamizar las decisiones y las normativas para que Rioja sea una denominación viva y con capacidad de adaptación al mercado manteniendo nuestra esencia. No está bien que la mayoría de referencias que tiran del mercado y crecen a nivel mundial no estén permitidas en Rioja por normativa, no está bien.
Dice mi padre que 'amigo que no da y cuchillo que no corta aunque se pierda no importa'. No digo que no necesitemos al Consejo, que sí lo necesitamos, pero con un nuevo espíritu acorde a los años que corren no anclado en una estructura ochentera, como dice la canción.