Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Lo de Venezuela, cada vez más envenenado

16/09/2024

Si Diosdado Cabello, ministro de Interior de Maduro, dice la verdad y los dos españoles detenidos en Venezuela son miembros del CNI, la directora general de los servicios de información españoles tendría que ser cesada de inmediato, por dar luz verde a una operación que de ninguna manera puede promover unos servicios de inteligencia; los detenidos, según los bolivarianos, pretendían atentar contra el presidente de un país con el que España mantiene importantes relaciones comerciales que obligan a cuidar con esmero las relaciones políticas. En cuanto a Diosdado Cabello, si miente, es el gobierno español el que debe exigir una disculpa inmediata por acusarle de impulsar una intentona golpista. El CNI es un organismo del gobierno.

Lo más probable es que Cabello mienta. El CNI, como todos los servicios de inteligencia, cuenta con algún fiasco en su historial, pero la práctica totalidad de sus miembros son profesionales muy preparados, de alta cualificación técnica, capaces de sortear las situaciones más complicadas, y que desde luego no prepararían un golpe de Estado a través de unos agentes que hacen uso del teléfono para impartir instrucciones y contratar personal que participe en el golpe. Acudiendo al mercado internacional para comprar centenares de armas y explosivos, contactar con sicarios e introducir las armas en Venezuela desde Colombia en una furgoneta.

España es un país serio, y sus servicios se encuentran entre los mejores. Lo ocurrido con los dos detenidos y las acusaciones de que pertenecen al CNI hace sospechar que Maduro estaba tranquilo, probablemente satisfecho, porque Sánchez se ha limitado a exigir las actas que demostraran que había ganado las elecciones. Nada más. Ni una palabra sobre la dictadura, ni menciones hirientes sobre la situación de los presos políticos y las torturas y presiones de todo tipo a los disidentes. Lo más allá que ha ido el presidente español ha sido conceder asilo político a Edmundo González -que no es poco-, pero sin considerarlo públicamente como el hombre al que las urnas han elegido como presidente por mayoría aplastante.

La tranquilidad y satisfacción ha durado poco. Cabello y los hermanos Rodríguez, Delsy y Jorge, los que mandan, han movido ficha cuando Felipe y Rajoy han recibido a Edmundo como presidente electo y Aznar lo hará estos días. También les llenó de ira que la ministra de Defensa tratara a Venezuela de dictadura. Esa ira, la pasión envenenada por la revolución bolivariana, es lo que aparentemente han provocado las acusaciones de Diosdado Cabello presentando al gobierno como promotor de un intento de asesinato a Maduro a través de agentes del CNI.

Si los dos detenidos son efectivamente miembros del CNI- quiera dios que no lo sean- tendría que caer la directora de los servicios. Por contar con agentes de medio pelo y torpeza inconcebible. Y con ella tendrían que caer también personalidades más altas, por no preocuparse por un asunto tan esencial como garantizar la máxima profesionalidad en los servicios de inteligencia del Estado.