«Esta protesta ha salido del corazón», decía Javier, agricultor de Navarrete, estacionado junto con su tractor y decenas más de Sotés, Navarrete o Fuenmayor, en el polígono industrial de Lentiscares, donde la Guardia Civil les había ordenado que se agruparan sobre las 9 de la mañana, cuando ya llevaban tres horas en el tajo, que se sutanciaba ayer en una movilización por la defensa de su medio y manera de vivir que ven amenazada.
La forma en la que se ha planteado esta protesta, surgida directamente de las gentes del campo y al margen de las organizaciones agrarias, ha sido, sin duda, uno de los factores del éxito de una tractorada que se extendió por toda La Rioja y muchos otros territorios del país. A este movimiento, surgido de manera casi espontánea, le ha empujado un descontento general y un hartazgo largamente arrinconado, que se ha manifestado en la calle en los tres últimos años.
La delegación del Gobierno calculaba que habían sido 900 profesionales los que habían recorrido las carreteras de la comunidad, de Calahorra a Haro, de Grañón a Briones, en un número que fue creciendo a lo largo del día, una cifra que los implicados elevaban a 2.500 entre La Rioja y Rioja Alavesa.
La satisfacción era general entre un colectivo que se ha coordinado a través de whatsapp y que logró hacer llegar su protesta hasta las calles del centro de Logroño, con el Consejo Regulador, fuertemente custodiado, como centro neurálgico de la protesta en la capital, síntoma evidente de la delicada situación que atraviesa el cultivo emblema de La Rioja. La Delegación del Gobierno ya había advertido la víspera de que no se había informado en tiempo y forma de las movilizaciones y había avisado de la prohibición de circular por autopistas, autovías y por la circunvalación de Logroño y que los cortes de tráfico no están permitidos «en ningún caso».
Salvo algún incidente puntual, los agricultores, que en todo momento han defendido una protesta cívica, alejada de los comportamientos más violentos de sus colegas franceses, mantuvieron casi al pie la letra las indicaciones gubernamentales, como así reconoció la Delegación, que se declaraba satisfecha del comportamiento de agricultores y ganaderos. Señalaba que la protesta se desarrolló de forma pacífica, no habían accedido ni cortado la autovía o la autopista, a pesar de algún intento en el peaje de Navarrete, que había sido atajado por la Guardia Civil. Los accesos a Logroño sí se habían visto afectados en momentos puntuales, particularmente a primeras horas de la mañana, y la circulación había sido lenta.
Su responsable, Beatriz Arraiz, afirmaba que no se había visto sorprendida por la dimensión de la movilización, coordinada vía mensajería instantánea, y afirmaba que prevenía una abultada afluencia.
Desde las 6. De hecho, desde las seis de la mañana, la presencia de la Guardia Civil era notable, particularmente en las inmediaciones del polígono El Sequero, donde tractores que habían partido de Ausejo provenientes de varios municipios del entorno llegaban hasta Recajo, desde donde se daban la vuelta para volver hasta el polígono, donde llegaron a introducirse. Esta acción, que se desarrollaba justo antes de la entrada a la fábrica de los empleados del turno de mañana, se prolongó durante al menos hora y media, coincidiendo con la llegada del grueso de los trabajadores.
En los accesos desde Rioja Alta, la concentración a primeras horas también era números, particularmente en las inmediaciones del polígono de Lentiscares, tanto en Fuenmayor como en Navarrete, donde se dieron cita numerosos tractores de los municipios de la comarca de Nájera.
En otros enclaves, unos 300 agricultores recorrían la distancia entre Grañón y Santo Domingo, entorpeciendo con su lenta circulación el tráfico hacia Burgos. Desde la cooperativa Garu de Briones un centenar de vehículos, según la Delegación, se dirigió a Haro, donde lograron acceder.
Lo mismo sucedió en Calahorra, desde donde los tractores se dirigieron a Alfaro, localidad que también fue el destino de quienes partieron desde Rincón de Soto. Logroño fue clave en la jornada reivindicativa y las calles del centro -Gran Vía, Avenida de la Paz o de la Solidaridad- fueron escenario de la protesta, con un gran telón, entre las dos y las tres de la tarde, coincidiendo con las salidas de los puestos de trabajo. Pasadas las 3 de la tarde enfilaban Vara de Rey para completar en Logroño una jornada reivindicativa. Pero las protestas no cesaron y la Delegación del Gobierno informaba a las 6 de la tarde, a punto de caer el sol, que 900 tractores seguían ralentizando la circulación en todos los puntos cardinales de La Roja:en Haro y la frontera con Álava y Casalerriena, entre Nájera y Santo Domingo, de este municipio a Grañón;de Navarrete y Fuenmayor, o desde Calahorra a Navarra para cerrar una reivindicación que concitó la compresión general. Así, Arraiz aprovechó para destacar la política desempeñada por el Ejecutivo de Pedo Sánchez al respecto, mientras el Gobierno de La Rioja, a través de su portavoz, también dijo entender las movilizaciones. Alfonso Domínguez señalaba que se deben hacer políticas con agricultores y ganaderos, «no contra ellos» pero en los últimos años, se ha legislado como medidas «como la PAC».