«Lo importante es apoyar y dar visibilidad a los artistas»

Laura Merino
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La creación de la residencia de artistas Arteaga le permite ofrecer nuevas perspectivas del arte

Judit Arteaga en el museo de La Rioja - Foto: Carlos Caperos

En un pequeño lugar del universo cultural, donde la creatividad se convierte en un puente entre continentes nace la idea de Judit Arteaga, cuyo trabajo ha transformado la manera en que los artistas viven y comparten sus creaciones. Como promotora cultural, su enfoque no se limita a dirigir u organizar distintas iniciativas, ya que también se centra en conectar distintas culturas y artistas. 

Desde 2009, su labor ha girado en torno a un proyecto en el que  combina visión, creatividad y un compromiso indudable con el arte. Fue en ese mismo año cuando Arteaga decidió lanzarse a abrir una galería de arte y un programa de residencias para artistas, que nació como fruto de un máster en arte actual y gestión de arte contemporáneo. Su propuesta inicial era audaz: un espacio donde los artistas no solo creasen sus obras, sino que las transformaran al introducirse en un contexto completamente nuevo.

Este programa de residencias tuvo un gran impacto, especialmente en Pekín, un destino que muchos de los artistas describieron como un desafío inmersivo donde se enfrentaban a dificultades lingüísticas y se veían empujados a innovar y desarrollar otros enfoques artísticos. Arteaga diseñó estas experiencias con un propósito claro: permitir que los artistas entraran en contacto con el entorno y enriquecerse para posteriormente desarrollar sus obras. «El objetivo es que absorban la esencia del lugar. Y aunque al principio siempre creen que va a ser muy duro por el idioma y la situación, la última semana terminan llorando porque quieren quedarse y ampliar experiencias», explica.

El resultado fue y continúa siendo increíble porque los artistas desarrollan nuevas habilidades y perspectivas, adquiriendo una mayor profundidad e influidos por el contexto. Por ello, Arteaga documentó estos procesos con el fin de poder establecer acuerdos con espacios expositivos en China y otros países, permitiendo dar a conocer  las creaciones al público para saber «las sensaciones que despiertan los artistas en la sociedad». 

Sin embargo, su labor ha ido más allá porque a medida que el proyecto creció, amplió su alcance abarcando nuevos campos de la gestión cultural. Desde festivales de cine hasta eventos relacionados con la cultura del vino y el aceite, o la creación de la editorial  Siníndice y la de Endymion junto a dos socios más, donde cada nueva aventura se convirtió en una oportunidad para explorar el arte en todas sus formas. 

Aunque su galería comenzó siendo online, su enfoque se expandió gracias a acuerdos con diversas instituciones locales e internacionales porque para ella «lo más importante es darles visibilidad y apoyo a las artistas para que puedan crecer y ser reconocidos, más que tener un espacio propio físico». Y brindar esta oportunidad, sobre todo a los riojanos y riojanas, es fundamental para Arteaga dadas «las dificultades que pueden enfrentar para desarrollarse».

 «Lo bonito es ver cómo los artistas viven esta experiencia y cómo el público disfruta del resultado», reflexiona sobre su gran proyecto la gestora cultural. Su esfuerzo no deja de avanzar, a pesar de las posibles dificultades y al  conectar personas y culturas no solo ha explorado diferentes lugares del mundo estableciendo relaciones que enriquecen su labor y ofrecer nuevas perspectivas del arte, sino que ha transformado vidas, consiguiendo marcar un antes y un después en la carrera de los artistas que pasan por sus residencias.

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