En estos momentos, Jesús Ángel Herrera (Lardero, 1967) se encuentra camino del Parque Kruger, parada intermedia rumbo a las Cataratas Victoria. Hasta el 3 de noviembre acompaña a un grupo de treinta personas que, de la mano de Incavisa, su agencia, se encuentra en el África austral. Hace una semana degustaba, en el céntrico Dominó, un bocatita de jamón. Como acompañamiento calórico, un refresco de cola de la marca más conocida.
El presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de La Rioja es la voz de los representantes de un sector que sufre «las turbulencias» de los precios de los hidrocarburos disparados. Una tendencia alcista que se traslada a las tasas, al inporte de los vuelos y, por supuesto, a toda la industria turística.
A la inflación desatada como consecuencia de la invasión de Ucrania se ha sumado la inestabilidad, perpetua, del Oriente Medio. Pese a que la enésima crisis en la zona afecta a destinos con tirón como Egipto o Jordania, el representante de las agencias riojanas asegura que «los 365 días del año son buenos para viajar si el destino es el apropiado». «Está claro que por todo lo que está pasando», explica, «no es aconsejable ir a Oriente Medio pero sí es un buen momento para viajar porque nos queda Europa, América o España». De hecho, su destino preferido es la piel de toro «aunque iba a decir Estados Unidos», se justifica. Y como ejerce de riojano militante, recuerda que la tierra con nombre de vino es un buen destino «porque aúna patrimonio cultural, natural y gastronómico». Con la vendimia ya en el lagar, reconoce que el «otoño» es la mejor época para visitar la región «porque luce en todo su esplendor».
Cuando no está acarreando la maleta (la mochila, para él, es un anatema «porque no sé se viajar con ella» ; también lo son las compañías de bajo coste, «con las que no viajo por principios»), disfruta de la zona de Valvanera, su rincón «favorito» de La Rioja.
Eso sí, el portavoz de las Agencias de Viajes asume que el déficit de infraestructuras lastra el despegue turístico riojano: «Creo que se debería apostar, decididamente, por el aeropuerto de Logroño. Si no se hace hay que impulsar las lanzaderas a Bilbao porque es el aérodromo más cercano y con más destinos».
Y sí un agente de viaje también se coge vacaciones y las suyas serán en Chipre. A la espera de que se cumpla su sueño de «visitar Canadá».