Del Ayuntamiento de Uruñuela a Paradores del Estado. No hay administración en todo el país que se libre de una circunstancia que lleva afectando a las obras públicas varios ejercicios, que se acentuó en 2022 por la crisis de las materias primas y la guerra de Ucrania, y que se repitió el año pasado:licitaciones que quedan desiertas. En 2022 fueron 7.463 concursos públicos los que quedaron sin adjudicar, entre obras y servicios;en La Rioja, fueron 13,5 millones, de los que alrededor de 5,1 millones correspondieron a obras.
El pasado ejercicio, y a falta de conocer las cifras globales, la Asociación de Empresarios de la Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR), estima que se quedaron sin adjudicar una decena de obras, por una suma cercana a tres millones de euros.
Según señala su secretario general, Juan Ramón Liébana, la obra de mayor cuantía que ha quedado desierta es la reurbanización de diez calles del casco antiguo de Villamediana, que salió a contratación por cerca de 1,4 millones de euros, por delante, ya a distancia, de las obras de ejecución del proyecto simplificado de implantación de mejoras en sistemas de protección contra incendios activos en la estación de Adif de Logroño, que se publicó en junio por cerca de 400.000 euros.
Fue otra actuación de la administración local, las obras contenidas en el proyecto básico de viviendas sociales en el edificio municipal de Terroba la tercera actuación de mayor cantidad que quedó sin adjudicar, por una suma de 235.000 euros, mientras que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE)tampoco encontró quien arreglara el puente sobre el canal en la margen derecha del río Najerilla en Huércanos, que licitó en 206.000 euros. Paradores, por su parte, tampoco pudo adjudicar la reforma de la cubierta del salón de convenciones del parador Bernardo de Fresneda de Santo Domingo de la Calzada, por lo que pagaba 200.000 euros.
Liébana señala, además, que ha habido varias de las obras que han salido a licitación varias veces hasta lograr su adjudicación, como la estación intermodal de Calahorra, cuya construcción se contrató el pasado noviembre por algo más de 4,1 millones a la empresa que se ha encargado de las obras del nudo de Vara de Rey Mln-Prosercon, integrada por Construcciones Mariano López Navarro y Proyectos y Servicios Rioja Construcción. Un caso similar ocurrió con la reparación de la fuente de Los Tilos de Logroño, que logró por fin adjudicarse.
Medidas a adoptar. Las razones que explican esta descompensación entre licitaciones y adjudicaciones, en un contexto de incrementos «absolutamente desproporcionado» de las materias primas, obedecen a que «se obliga» a las empresas a asumir un riesgo muy superior a los beneficios que obtienen. «Supone un perjuicio tanto para las empresas como para la administración», argumenta el secretario general de la CPAR, que reconoce que las administraciones local y autonómica no pueden introducir modificaciones a un ley de ámbito estatal. Por ello, sugiere que la licitación y la adjudicación se efectúen con celeridad para evitar el posible incremento de precios entre lo que figura en el pliego y lo realmente ejecutado, además de que se tenga en cuenta «el decalaje» que se produce ente ambos procesos. Igualmente, apela a que se prevea la evolución de precios, como la inflación o los costes fijos. Al respecto, menciona el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que va a suponer «necesariamente» el incremento del coste salariar en la empresa, «que no se va a repercutir» en los contratos públicos, «con lo que ya entramos con un 5% de pérdidas, algo que no puede ser».
«Debe haber un equilibrio entre las prestaciones que reciben la administración y la empresa», argumenta Liébana, que recalca que les «consta la sensibilidad» tanto del Gobierno de La Rioja como del Ayuntamiento de Logroño por estos problemas, porque a nadie interesa que las obras se queden desiertas» ya que impacta negativamente en la acción de gobierno.