El lunes, los espectadores de Dmax disfrutaron de un nuevo episodio de la segunda temporada de Bestias del Pasado, serie que se acercó el pasado mes de julio a Igea para, en el yacimiento de Virgen de El Villar 2, desempolvar los restos fósiles del quinto espinosáurido recuperado en el municipio riojabajeño. Al frente de estos descubrimientos se encuentra un equipo multidisciplinar encabezado por Pachi Sáez-Benito (Igea, 1971) que, casi sin exagerar, no es paleóntologo porque no quiere. Diplomado y licenciado en Educación Física, compagina su pasión al frente del Centro de Interpretación Paleontológica de Igea con su trabajo como profesor en Estella. A ambas actividades dedica el mismo grado de ilusión y dedicación.
El ya fallecido ÁngelGracia le inoculó, a él y varias generaciones de escolares («sus antiguos estudiantes tienen un control geológico por encima de la media», recuerda con admiración), su pasión por el estudio de estos seres que, allá por el Cretácico Inferior (hace 120 millones de años) moraban La Rioja, entonces un lago deltaico.
Si desde el siglo pasado la región había destacado por su riqueza en restos fósiles indirectos (las renombradas icnitas), en los últimos años y gracias en parte a sus hallazgos, Igea ha vuelto a colocar a La Rioja en el mapa paleontológico mundial «en cuanto a restos directos de dinosaurios». «Gracias al equipo Garras, del que formo parte, entre 2018 y 2024 se han multiplicado el número de evidencias que se suman a las icnitas que siempre han sido características de esta zona», informa.
En concreto, cinco de los varios ejemplares desenterrados en el municipio riojabajeño pertenecen a la especie de los espinosáuridos, «dinosaurios carnívoros, bípedos y con un cráneo que guarda muchas semejanzas con el de los actuales cocodrilos». El primero, del que se individuó un trozo de maxilar, apareció en 1983. El segundo, bautizado en 2003 como Britney, sirvió para definir una nueva especie con lábel cien por cien nuestro: Rioja Venatrix Lacustris (Cazadora del lago riojana, en su traducción latina). El tercero, apodado Garras, se halló en 2018 y también fue un acontecimiento. El cuarto, Atila, despuntó en 2021 y está por analizar pero el quinto irrumpió en 2022 y se dio a conocer en el yacimiento Virgen de El Villar, de donde toma su nombre: «Villar va a ser un auténtico (en realidad utiliza otra expresión más gráfica y mucho menos académica) espectáculo. Va a eclipsar a Garras».
Ala espera de la publicación del estudio en el que se detallarán las características de este saurio, ya se puede anunciar que es «el espinosaurio más completo del mundo» y, que «no alcanzó la edad adulta».
Estos hallazgos encadenados obligan a que todos los paleontólogos interesados en este tipo de animales extintos (sus restos se han encontrado en la Península Ibérica y en Reino Unido) «pasen por aquí para estudiar su evolución».
«Estamos consiguiendo», agrega, «hacer de LaRioja un referente mundial. No es fácil que una cadena desplace a un equipo para grabar». Además», completa consciente de la ayuda del Gobierno de La Rioja y del Ayuntamiento igeano, «estamos contibuyendo a dar visibilidad a la paleontología nacional».
Seguramente, sin darse cuenta, Pachi Sáez-Benito ha logrado dar una nueva dimensión a las enseñanzas del maestro aragonés Ángel Gracia, el primero en reconocer la riqueza de una localidad que, medio siglo después, se erige en fósil director del estudio de estos grandes saurios que, con infinitas dosis de paciencia, vuelven a emergir a la superficie en pleno Antropoceno.