El barrio de Arriba de Albelda de Iregua respira estos días una sensación de mayor tranquilidad o, al menos, de que la tirantez entre dos familias concede un paréntesis. Vecinos del pueblo creen que la decisión judicial de prohibir la entrada al municipio del bajo Iregua a los dos presuntos responsables de agredir física y sexualmente a una joven de 28 años ha llevado a buena parte de sus familiares a trasladar su residencia. «No sabemos si es definitivo o será algo temporal» hasta que la Justicia resuelva ambos casos, comenta con cierto tono de alivio un vecino del municipio. Desconoce si son o no responsables de los hechos pero la salida de entre quince y veinte de los familiares evitará, al menos de momento, «nuevos problemas», asegura convencido.
La agresión sexual a la joven de 28 años tuvo lugar el pasado 8 de marzo, coincidiendo con la celebración del Día de la Mujer. A mediados del pasado mes abril, el presunto agresor era detenido por la Guardia Civil tras algo más de un mes en busca y captura. Tras su declaración ante el juez, éste ordenó su ingreso en prisión donde permaneció hasta el 18 de junio. Una vez en el centro penitenciario de Logroño, la resolución judicial al recurso planteado por la representación legal del acusado permitía su salida del centro, con cargos. De hecho, su puesta en libertad se materializó condicionada a la prohibición de entrar en Albelda mediante orden de destierro. El hasta entonces detenido reside de forma habitual en Vizcaya.
Coincidiendo prácticamente con su salida de prisión, la joven de 28 años sufría una nueva y brutal paliza por la que poco después fue detenido un hombre de 49 años, que según los datos apuntados tras su detención, podría estar relacionado con el primero. Tras la celebración de un juicio rápido, el juez lo dejó en libertad con cargos y con orden de alejamiento de la víctima lo que, a su vez, le limita la residencia en Albelda de Iregua.
Esta segunda agresión generó que el juez decretara también protección para la joven.
En cualquier caso, nadie en la localidad del bajo Iregua se atreve a aventurar si la salida de gran parte de sus familiares es definitiva o no. Lo que sí resulta evidente es que «si una de las familias se va, sea la que sea, se evitan problemas». Y así respira estos días el municipio. Con la sensación de que la tranquilidad regresa al barrio de Arriba. e la tranquilidad regresa, en la medida de lo posible, al barrio de Arriba.