Toda medida legal tendente a reducir producción de uva y tratar de reencontrar el ansiado equilibrio entre oferta y demanda de vino, en una coyuntura preocupante por el descenso mundial en el consumo, resulta bienvenida en La Rioja.
A la espera de que la posibilidad de aplicar el arranque de viñedo en la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja reciba los parabienes de la Unión Europea (UE), las administraciones van dando pasos normativos en el objetivo compartido por todo el sector de reducir producción para no seguir aumentando los stocks de vino en las bodegas.
Uno de ellos lo hacía público la Consejería de Agricultura del Gobierno de La Rioja días atrás, al declarar la totalidad del territorio de la Comunidad autónoma como 'zona afectada por las perturbaciones de mercado', una figura establecida por el Ministerio de Agricultura, que a su vez deriva de disposiciones de Bruselas para responder a «problemas específicos en el sector vitivinícolas provocados por fenómenos meteorológicos adversos y las perturbaciones del mercado vitivinícola de la Unión».
En la misma resolución, la Consejería hace suya otra de las decisiones del Ministerio y amplía en tres años la validez de las autorizaciones de nuevas plantaciones de viña y de replantación que venzan o hayan vencido en 2024 y 2025.
Al mismo tiempo, acuerda no sancionar administrativamente a los titulares de esas autorizaciones de plantación o replantación que no vayan a utilizarlas, siempre que comuniquen al Gobierno regional, antes del 31 del presente mes de diciembre, «que no tienen intención de hacer uso de la autorización y que no desean beneficiarse de la prórroga prevista para su validez».
En la práctica, lo que busca esta medida es facilitar que los viticultores que tengan autorizaciones para plantar nuevas viñas y replantar, ya sea para cambiarlas de ubicación o para sustituir unas vides por otras nuevas, renuncien a ello, en el objetivo de no aumentar la masa vegetal, ante la caía del consumo de vino, sin la amenaza de ser sancionado por no hacerlo.
«Se trata de que quienes tuvieran derechos para plantar viña la próxima primavera puedan rechazarlo sin tener penalización, o pueda aplazar esa decisión», indicaron a El Día de La Rioja fuentes conocedoras del sector.
En la propia resolución publicada en el Boletín Oficial de La Rioja, la Consejería hace un resumen de la situación por la que atraviesa el sector vitivinícola riojano y de las causas que la han agravado, como la pandemia, el brexit, los aranceles de EEUU, el encarecimiento de materias primas y combustibles, la guerra de Ucrania y el conficto de Oriente Próximo, «que han contribuido a la falta de confianza general de la economía mundial».
Perturbación clara. Agricultura señala que en el caso de La Rioja «la perturbación del mercado vitivinícola es clara» y recuerda que se han tomado medidas excepcionales para alcanzar el equilibrio entre producción y ventas, como la destilación de crisis y la cosecha en verde, que se suman a la reducción del rendimiento amparado al 90%, por parte del Consejo Regulador.