El órgano, ese gran desconocido. O no. Este instrumento no nació en la iglesia, sino que «ya lo conocían los egipcios. Pero sobre todo estuvo muy desarrollado por el Imperio Romano, que lo usaban mucho en el circo como instrumento particular», explica el organero del taller Diocesano de La Rioja,Rubén Pérez.
Más adelante, los monjes benedictinos se dieron cuenta de la capacidad que tenía el órgano para la liturgia en los siglos XII y XIII, ya que «era fundamental para intercalar el canto». «Poco a poco, este instrumento se va a desarrollar cada vez más y van a aparecer los órganos inmensos», añade.
La Rioja es una comunidad autónoma que, a pesar de ser pequeña, puede presumir de muchas cosas, como la gastronomía, los paisajes o la cultura, por ejemplo. Dentro de la cultura, esta región destaca por tener casi 100 órganos históricos, siendo la comunidad con más instrumentos de este tipo por habitante.
El organero de la Diócesis de La Rioja, Rubén Pérez, tocando el órgano de Treviana - Foto: IngridHay unos 10 o 15 órganos que están en funcionamiento y perfectamente restaurados. «Luego hay otros que se mantenían porque son del siglo XX y están en buenas condiciones», indica.
Pérez detalla que los restos más antiguos que tenemos en La Rioja pueden ser el flautado del órgano de Treviana que data del siglo XVI aunque «hay tuberías del XVI y XVII desperdigadas». Indica que también hay dos muebles antiguos del siglo XVII «muy bonitos». «Uno está en Navarrete y es de 1655, y otro en la catedral de Santo Domingo de La Calzada, que también es del año 1655», señala.
La Rioja también cuenta con los órganos monumentales «puramente ibéricos o barrocos», como puede ser los de la iglesia de Santo Tomás de Haro, Lumbreras, Ezcaray. Añade que el órgano de finales del XVIII de Bañares es «muy particular», ya que «está construido por los franceses».
Otro pueblo que cuenta con órgano es Aldeanueva de Ebro. Pérez cuenta que este instrumento fue propiedad de los San Juan, «una familia de organeros riojanos que tuvo un taller abierto en Logroño desde 1750 hasta 1815».
Debacle. Este organero explica que el siglo XIX fue el siglo de la debacle, con las desamortizaciones, la guerra napoleónica, los pronunciamientos y las guerras civiles, «lo que afectó mucho a los órganos». «Pero al cobijo del nacional catolicismo del régimen franquista se recuperaron unos órganos, durante los años 40 y 50», indica.
Destaca que a finales de los años 80 y 90 llegaron las corrientes de recuperación de los órganos históricos. «La idea era hacerlos con criterios historicistas, recuperar el órgano en su esencia con las técnicas de trabajo y los métodos tradicionales de curtir las pieles, trabajar la madera y fundir artesanalmente la chapa. Eso es lo que hacemos nosotros», subraya.
Explica que es un instrumento que siempre ha estado muy vinculado a la iglesia y a la liturgia. «Los años 60, 70 u 80 fueron desastrosos para el órgano porque entraron las guitarras y los órganos eléctricos, por lo que el órgano natural fue pasando a un segundo plano y perdiendo su papel protagonista», lamenta Pérez.
Aunque en la actualidad los vientos están cambiando de manera favorable para el órgano porque «hay más músicas y más disciplina de órgano en los conservatorios españoles», destaca. «Los pueblos, por ejemplo, tienen estos instrumentos como algo suyo e intentan que suenen en conciertos. En este punto se nota un interés en mantenerlos», remarca.
En La Rioja, apunta, se va por «el buen camino». Un aspecto importante, indica, sería mantener en el tiempo el festival de órganos que se ha vuelto a retomar en La Rioja. «Se empezó en el año 2008 pero en el 2012 se abandonó, aunque se volvió a retomar hace dos años. Nos gustaría que se mantuviera porque es oro molido para la comunidad de La Rioja», afirma.
También sería importante que el conservatorio de música de La Rioja contara con la disciplina de órgano, ya que «ahora los alumnos que quieren estudiarla tienen que ir a otras ciudades como Pamplona o Vitoria o Zaragoza», comenta este organero.
Una tercera propuesta consistiría en que estos instrumentos se usaran más durante las liturgias porque «no se entiende que la iglesia no tenga recursos para poder mantener organistas en plantilla con un sueldo». «En poblaciones importantes como Haro, Alfaro, Calahorra o Logroño si que se podía hacer un esfuerzo y mantener un organista que tocara en varias parroquias», plantea el organero de la diócesis.