Las despedidas nunca son agradables y más cuando se trata de personas o entidades que tienen un gran impacto en la sociedad. En este caso, la asociación Riojana de Enfermos de Párkinson (Arepak) cierra sus puertas después de 10 años de ayuda y apoyo a los enfermos que padecen este trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios.
Una asociación que ha estado funcionando y luchando junto a los enfermos de párkinson hasta el último día con talleres y actividades que tenían como objetivo recaudar fondos. Pero ya no pueden seguir más en este camino de solidaridad y ayuda.
Las principales causas que han motivado el cierre del local que estaba ubicado en la calle Gustavo Adolfo Bécquer de Logroño, junto a la estación de autobuses, son económicas. La primera de todas es la subida del alquiler del local, ya que pasó de 500 a más de 600 euros.
Otros gastos que han supuesto una gran carga han sido los impuestos, los salarios de los profesionales que trabajaban en la asociación, la publicidad y la organización de eventos.
Otro problema es que la asociación estaba compuesta únicamente por 40 socios, ya que «el número de pacientes con párkinson ha ido disminuyendo debido a que muchos son personas mayores que van falleciendo».
El presidente de esta asociación, Roberto Moreno, no quiso dejar a los pacientes que acudían regularmente sin apoyo. Este hombre consiguió llegar a un acuerdo con la fisioterapeuta que tenían contratada en la asociación para que dichos pacientes puedan ir a su clínica para que puedan seguir siendo tratados por ella.
También asegura que su teléfono está a disposición de todos los usuarios que formaban parte de AREPAK. «Siempre tendré mi puerta abierta para ellos», destaca. Aunque no está todo perdido porque «la asociación puede revivir si encuentra un local con un alquiler aceptable o el Ayuntamiento de Logroño nos cede un local. Estoy pendiente de una respuesta pero no soy optimista», reconoce.
Tiempo. El tiempo pasa para todo el mundo y estos diez años han pasado «muy rápido», indica Roberto Moreno. «Parece que fue ayer cuando decidí abrir esta asociación», recuerda con nostalgia.
Moreno cuenta que fundó AREPAK porque vio que Logroño necesitaba un organismo que «fuera capaz de atender y dar información a los enfermos de párkinson».
Esta asociación le ha permitido vivir momentos imborrables en su memoria pero «lo que más ilusión me hace, además de toda la gente que he conocido, es recordar la cara de felicidad cuando un paciente acude a una sesión de fisioterapia». Las asociaciones, subraya, son necesarias y fundamentales porque «dan ayuda y la información que necesitan los pacientes».
También ha dado un consejo a todos los pacientes que sufren esta enfermedad después de 10 años al frente de esta asociación. Uno de los hábitos que suelen coger estos pacientes es quedarse en cada pero «deben salir a la calle, socializar y estar activos».
En este final de etapa de AREPAK, Moreno ha agradecido a todos los benefactores, comercios y hosteleros que han colaborado con ellos de una manera o de otra durante esta década de vida. También destaca la ayuda recibida por parte del Centro Cultural Ibercaja o del CIBIR, quienes han permitido que doctores especialistas de ciudades como Madrid y Pamplona hayan venido a Logroño para dar charlas sobre párkinson.