El consumo de alcohol, tabaco y cannabis constituyen actualmente, y desde hace ya tiempo, la principal causa de adicción entre los jóvenes si bien, la necesidad de los adolescentes por administrarse hipnosedantes preocupa, y cada vez más, a las autoridades sanitarias. El aumento de medicamentos como el diazepam y el lorazepam crece en España y crece entre los alumnos de 14 a 18 años. La encuesta Estudes 2023 refleja que la prevalencia del consumo de hipnosedantes entre los estudiantes riojanos de la franja de edad citada alcanza un 15%. Una cifra que se sitúa por debajo de la media nacional pero que crece dos puntos, sobre todo entre las alumnas, desde el ejercicio 2019.
Y un dato que conviene tener muy en cuenta. El Informe Estudes se refiere en todo momento a productos legales o ilegales pero no administrados por profesionales. Es decir, a ese 15% de adolescentes riojanos que consumen hipnosedantes sin receta médica habría que sumar a los que se lo administrativa un facultativo.
El informe concreta los 14 años como la edad de inicio en el consumo de este tipo de medicamentos indicados para el tratamiento de episodios de ansiedad, estrés e insomnio. Sin embargo, es a los 18 años cuando los jóvenes riojanos, siempre en base a los datos reflejados en el informe Estudes relativo a 2023, proyecta un consumo más elevado que supera ligeramente el 18%, dos puntos menos que la media nacional en esta misma edad.
Aumenta también el consumo a los 15 años pasando de una prevalencia de consumo de 5,3% de hace cuatro años a 9,3% en 2023 aunque desciende a los 16 años.
Hay que tener en cuenta que se trata de médicamentos que, de forma legal, solo se pueden consumir bajo directriz del facultativo médico.
La consejería de Educación del Gobierno de La Rioja no dispone actualmente de un protocolo concreto relacionado con el consumo de hipnosedantes, si bien, tal y como señalan desde el área que gestiona Alberto Galiana, cuando se detecta el uso de este tipo de médicamentos en las aulas se derivan los casos al servicio de orientación que por lo general, deriva a su vez al área de Salud pública.
«Prefieren el pastillazo». La preocupación existente ante el consumo de medicamentos como el diazepam es una realidad entre las autoridades sanitarias españolas, pero también entre psicólogos de la Comunidad habituados a trabajar con jóvenes de 14 a 18 años. Juan Cruz Rada observa una tendencia entre los estudiantes «a optar por el 'pastillazo' antes que acudir» a un profesional de la psicología cuando además, «el consumo de hipnosedantes puede echar por tierra todo el trabajo psicológico».
El aumento del consumo a los 18 años basa su explicación en «la coincidencia con las pruebas de la EBAU)», detalla Rada quien alerta de «la facilidad con la que los alumnos pueden acceder a ansiolíticos e hipnosedantes». En este sentido, señala que «no lo consiguen en el mercado negro ni en tiendas online. Tienen un acceso muy sencillo en sus propias casa o por amigos».
En cualquier caso, y más allá de las cifras de la Encuesta Estudes, a la que Juan Cruz Rada otorga toda la seriedad y fiablidad del mundo, «el consumo es altísimo», asegura. Y otro riesgo al que los jóvenes españoles, y riojanos, son ajenos, es que el consumo prolongado, por ejemplo, del diazepam, puede generar tolerancia, pero tampoco puede cesar su consumo de forma brusca, aspectos que suelen desconocer.
Todo ello, detalla Rada, por una «búsqueda rápida del bienestar psicológico», señala el psicólogo.
La «obsesión» por el éxtasis líquido
Ni la burundanga ni el éxtasis líquido afloran en la Encuesta Estudes sobre el uso de drogas entre alumnos de enseñanzas medias. Sin embargo, orientadores escolares y psicólogos riojanos aprecian «cierta obsesión, sobre todo por el éxtasis líquido, entre los jóvenes de 16 años, y en menor medida de entorno a 20». Juan Cruz Rada se encuentra casos en «los que los chavales hablan constantemente de amigos o conocidos a los que el uso de éxtasis líquido les facilitó las relaciones sexuales. Es el mito -continúa Rada- de que se lo va a poner fácil».
No son capaces de entender que sin un uso consentido, «puede considerarse violación. Otra cosa es que la otra parte pida consumir éxtasis líquido». La obsesión a la que se refiere el también responsable del área educativo del Colegio Oficial de Psicólogos de La Rioja. En muchos casos, aunque no en exclusiva, este tipo de obsesión a la que se refiere Rada procede de jóvenes de baja clase social de 15y 16 e incluso alguno de 20 años que en otros muchos casos «apuntan a crías más jóvenes de trece años». De hecho, «no son conscientes de que pueden cometer un delito grave, no con capaces de entenderlo».
El GHB es un potente depresor del sistema nervioso central que inicialmente puede producir sensación de bienestar y euforia. Conocido como éxtasis líquido, sus efectos tienen poco que ver con el éxtasis, que es un estimulante y no una droga depresora. En el mercado ilegal circula en forma de líquido y se consume por vía oral generalmente mezclado con agua, por lo que es difícil controlar las dosis. Suele generar somnolencia, obnubilación, confusión e incluso ideas delirantes, alucinaciones y en ocasiones, su ingesta ha aparecido vinculada con violaciones.
sin fracaso. Más allá del éxito en sus relaciones sexuales, la base se encuentra en el «si yo quiero algo lo tengo que conseguir», detalla Rada sin opción al fracaso ni a aprender a gestionarlo. «Si salgo voy a asegurarme pasarlo bien y si para eso me tengo que drogar, me drogo», aludiendo ya a un ejemplo sin connotaciones sexuales.