El informe presentado ayer por Greenpeace sobre la ambición climática de las comunidades autónomas en el horizonte 2030 deja a La Rioja en un posición nefasta en contra de algún reconocimiento otorgado al Gobierno regional en su batalla contra el cambio climático. El informe de la organización ecologista sitúa a la Comunidad con un objetivo de reducción de emisiones, que lejos de ser negativo, proyecta un incremento del 46% superior al que registraba la región allá por el año 1990. 

Un dato preocupante, según los datos de Greenpeace, que tan solo empeora Extremadura, cuyo objetivo va más allá y registra un 57% más de emisiones que en el año base de referencia que establece la organización. El análisis también cuestiona el trabajo en este sentido de Castilla y León que ni siquiera marca objetivos en un contexto en el que el resto de las regiones españoles muestran una decidida apuesta por la reducción de las emisiones de CO2 ofreciendo en todos los casos porcentajes que reducen los datos consignado en 2019. Ahora bien, a pesar de la mejora generalizada de las comunidades autónomas, tan solo Asturias y Navarra cumplen con los mandamientos establecidos en el Acuerdo de París. 

Así las cosas, el análisis elaborado por Greenpeace muestra las principales deficiencias de la planificación de la acción climática en España, además de indicar los objetivos que deben fijarse y aportar seis propuestas concretas para reducir las emisiones en el corto plazo. Todo ello lleva a la organización ecologista a cuestionar duramente el trabajo desarrollado en el ámbito de la Comunidad autónoma y, una vez más, en contra del El Plan Regional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 (Priec).

Ahora bien, las críticas de Greenpeace no se detienen exclusivamente en las regiones españolas que a su juicio no realizan los deberes. Extiende sus conclusiones también a los ministerios que de alguna forma influyen en la emisión de CO2. Así, cuestiona las áreas de Gobierno de Transporte, Edificación, Agricultura y Pesca « tampoco están a la altura y deberían proponer nuevas medidas que consigan reducir las emisiones de sus sectores de forma más ambiciosa, rápida y justa», señala la organización ecologista. Es más, señala el estudio que «según las medidas incluidas en la propuesta actual del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), estas actividades económicas apenas llegan a reducir las emisiones existentes en 1990».

En definitiva, un suspenso prácticamente generalizado de cara a los objetivos fijados en el Acuerdo de París para 2030. 

El objetivo riojano apunta a... 2050

El Ejecutivo riojano plasmó el pasado mes de febrero su línea de actuación contra el cambio climático en dos extensos planes. Por un lado, el Plan Regional de Adaptación al Cambio Climático (Pracc) con vigencia hasta el horizonte fijado en el cada vez más cercano 2030. No refleja la Comunidad autónoma en este documento su objetivo en relación a la reducción de emisiones. Un tema que aborda en el El Plan Regional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 (Priec) en el que alude a una reducción de emisiones del 43% de cara al mismo horizonte que analiza Greenpeace en su informe. Un objetivo que se hizo público a principios del presente ejercicio 2024. En este sentido, el informe de Greenpeace o no lo considera asumible o no analiza el reto de igual forma que el área de medio ambiente riojano.

En cualquier caso, datos absolutamente antagónicos y que en el caso del Ejecutivo regional pretende alcanzar con el cumplimiento de una serie de metas y líneas estratégicas, pero para 2050. De esta forma, el Priec establece un plan que se marca tres grandes objetivos: reducir las emisiones contaminantes un 43% para 2030, incrementar el potencial de energía eléctrica renovable un 150% y reducir el número de hogares en pobreza energética. Con los datos que hay sobre la mesa, el escenario probable que traza el Priec en cuanto a la evolución de la generación de energía eléctrica en siete años apunta a las plantas fotovoltaicas como la gran estrella. De hecho, el estudio prevé que la energía solar será la única que crezca en el periodo 2023-2030, de manera que la potencia fotovoltaica instalada en La Rioja aumente desde los 98,8 megavatios de 2021 a 209,6 MW en 2030, un incremento del 112%.

Con todos estos datos en la mano, la Comunidad autónoma se plantea el objetivo, y así consta el Priec, de que en 2050 la contaminación en La Rioja sea inferior a la de 1990.

Dicho de otra forma, la región se iría sumergiendo en la línea marcada por la organización ecologista dos décadas después de las proyecciones realizadas por la organización ecologista y que según publica, establece el Acuerdo de París.