La Casa de las Ciencias de Logroño cumple 25 años en este 2024, y su actual directora-conservadora, Dolores Fernández, lleva en el cargo 20 años repartidos en dos periodos de tiempo. «Entré en julio de 2001 y estuve hasta el verano de 2020, y volví al puesto tres años más tarde, el 16 de junio de 2023», indica.
Este 25 aniversario, destaca, es un «orgullo» para todos los que forman parte de esta casa, ya que «hay un equipo pequeño pero muy sólido que se ha ido renovando con el paso de los años». «Yo creo que es una enorme satisfacción que las actividades que programamos tengan un público que las disfruta y las agradece».
Remarca el esfuerzo que se hace con los centros escolares porque «son generaciones completas de chicos y chicas que ahora vienen de mayores recordando que ellos ya estuvieron aquí». «Ves que tu trabajo sirve y le gusta a la ciudadanía», subraya.
La Casa de las Ciencias ha querido celebrar este 25 aniversario por todo lo alto y para ello, ha creado la exposición Nuestros ríos son… la vida, que estará disponible hasta el 10 de noviembre. «Es una producción propia con más de 500 metros cuadrados de exposición», destaca.
Dicha muestra es un homenaje a la primera exposición que organizó la Casa de las Ciencias en 1999. «Este contaba el río Ebro desde un punto de vista histórico y geográfico, mientras que la actual aborda temas más científicos relacionados con la física, la química, la geología y la geografía del rio», explica Fernández.
La directora también cuenta que el título de la exposición hace referencia al poema de Jorge Manrique Las coplas a la muerte de su padre donde está el verso que dice «Nuestras vidas son los ríos que van a dar en el mar, que es el morir». «Nosotros nos referimos a que el río siempre es la vida y nunca la muerte, ya que el agua es la vida en la tierra», remarca.
Otro aspecto que destaca Dolores Fernández es el acierto de la persona que decidió a finales de los años 90 que Logroño tuviera un espacio dedicado a la cultura científica y tecnológica. «Fue un apuesta importante para poner a Logroño en el mapa de las ciudades que cuentan con un centro dedicado exclusivamente a la difusión de la ciencia y la tecnología», señala.
La Casa de las Ciencias de Logroño, reconoce, será de las más pequeñas de España pero «hemos demostrado en todos estos años que hay una comunidad de personas de muchos ámbitos y edades que están interesadas en la ciencia». «La ciencia forma parte de la cultura y yo creo que este centro lo muestra cada día. Se ha logrado crear una comunidad bastante fiel, siendo este uno de los legados más importantes», subraya.
Esta directora apunta que una de las mayores virtudes de esta institución está relacionada con la ciencia y el conocimiento. «La actitud en la vida de descubrir, investigar y no darse por satisfecho con lo que uno ya sabe, sino querer ir más allá, a mi me parece que es su mejor virtud», asegura.
También afirma estar satisfecha por el trabajo realizado en estos 25 años. «Me quedaría con que se han hecho más 200 exposiciones, han entrado más de 2,1 millones de personas y ha habido cientos de conferencias», resalta.
Tampoco olvida momentos difíciles como un incendio en la cubierta, riesgos de inundaciones y la pandemia de la Covid-19.