Los pasillos de la Escuela Superior de Diseño de La Rioja (ESDIR) se llenan cada día de creatividad, innovación y una pasión indiscutible por el arte y el diseño. Al frente de esta prestigiosa institución se encuentra su directora, Mónica Yoldi, una mujer cuya trayectoria tanto profesional como vital refleja su amor por la enseñanza a lo largo de sus años como docente en la Escuela de Diseño de Barcelona a profesora de educación plástica en distintos institutos de La Rioja hasta que en 2001 entró en la ESDIR como profesora interina de medios informáticos. Y aunque nació en Pamplona, lleva desde 1996 viviendo en Logroño por lo que se califica a sí misma como «riojana de adopción».
Su vida se vincula al arte por el gran interés que le ha acompañado desde «siempre» y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en el eje central de su profesión: «Ahora el arte y el diseño son una parte importante de mi vida profesional», destaca. Sus primeros pasos dentro del mundo del arte y del diseño los dio al estudiar Bellas Artes, donde la pintura fue una de sus primeras especialidades hasta descubrir que el diseño gráfico es una de sus grandes pasiones, una disciplina que logró atraparla por completo y que, asegura, le sigue fascinando y fue el motivo por el que consiguió «una plaza por oposición» en la Especialidad de Diseño Gráfico y durante años estuvo al frente del departamento.
En 2010, la escuela dejó de ofrecer cursos formativos para pasar a impartir estudios equivalentes a grados universitarios. Y tanto la escuela como su carrera profesional han ido poco a poco evolucionando a la par. En 2017, Yoldi presentó un proyecto para acceder al puesto de dirección y asegura ser la «única» que lo haya hecho hasta lograr su propósito porque para ella «dirigir una institución como la ESDIR es un honor».
Con referentes como Paula Scher, quien incluso impartió un taller en la escuela, e Iván Bell, son dos de los diseñadores en los que se inspira cada día y cuya creatividad ha marcado su visión profesional. Para la directora, el diseño se resume en una única palabra: progreso. «Una evolución constante que mejora la vida de las personas, decora espacios habitacionales y redefine conceptos», afirma.
Además, una de las facetas que más valora y más interés le genera de su trabajo es la de «internacionalización» que le ha llevado a visitar y conocer distintos lugares como Francia, Estados Unidos, Sudáfrica, Italia, entre otros más. Además, Yoldi que se considera «una gran amante de los idiomas» destaca que este intercambio cultural no solo es «muy enriquecedor», sino esencial porque le permite «conocer otras culturas y métodos de trabajo, compartir experiencias y sobre todo poder aprender».
Sin embargo, el paso del tiempo trae consigo cambios y nuevos retos. La tecnología y la inteligencia artificial, muy presentes en nuestra actualidad, también revolucionan el diseño y la creatividad y «sin ninguna duda afecta al ámbito educativo, a la docencia». Además, de que se genera un «debate interesante y complejo respecto a la autoría y la originalidad». «No podemos obviar que el mundo digital se ha apoderado un poco de nosotros», asegura, pero aún así, considera que el diseño tradicional y la tecnología siempre convivirán porque se sigue reivindicando el handmade, es decir, «la artesanía como punto de partida de disciplinas artísticas y del diseño».
Para quienes desean adentrarse en este universo, «el interés por la creatividad, el diseño y el deseo de aportar cosas nuevas», asegura que es imprescindible. Sin embargo, también es necesario saber adaptarse a los cambios y preocupaciones de la sociedad ya que la escuela no pierde de vista valores como la sostenibilidad, donde «el ecodiseño y el respeto al medio ambiente» son pilares fundamentales.