El Juzgado de Violencia contra la Mujer abre sus puertas en la mañana de hoy con la presencia del asesino confeso de la mujer de origen sirio fallecida el 8 de julio de 2023 a manos de su marido en una vivienda de la plaza Martínez Flamarique de Logroño. Una sesión en la que se concretará la imputación de los hechos y en la que, previsiblemente, el acusado renunciará a su derecho a declarar. Así, tanto el ministerio fiscal como las acusaciones personadas en la causa podrían avanzar incluso las calificaciones provisionales o bien esperar a la notificación judicial para los correspondientes escritos.
También asumirá el turno de palabra el letrado de la defensa quien según el artículo 25 de la Ley Orgánica del Tribunal del Jurado, expresará «lo que estime oportuno» para la defensa del imputado.
La sesión que se celebra a lo largo de esta mañana supone de esta forma el inicio de la cuenta atrás para un procedimiento legal que sentará al acusado en el banquillo por la muerte de Salwa.
La pericia del hijo pequeño. Fueron horas de auténtico drama las que se vivieron un sábado del verano del pasado ejercicio 2023 y que no tuvieron consecuencias más graves gracias a la pericia y a la valentía del hijo pequeño de Salwa de apenas ocho años en el momento de los hechos.
Tras cometer el crimen de su mujer, el presunto asesino se dirigió a la biblioteca Rafael Azcona, donde sus tres hijos de entre 8 y 10 años asistían a una actividad de carácter infantil.
Una vez allí, y tras haber dejado a su mujer muerta en un piso del número uno de la plaza Martínez Flamarique, el padre y presunto asesino se los llevó del centro bibliotecario y los trasladó hasta el conocido como camino de La Harinera, al que se accede por un desvío situado en la misma rotonda del Cuarto Puente con la calle General Urrutia, en el barrio logroñés de El Cubo.
Minutos antes de las 14.20 horas, el padre se introdujo en el río con sus dos hijas mayores mientras que el pequeño lograba huir ascendiendo por la senda, cruzando un solar usado para el estacionamiento de vehículos y alcanzando así de nuevo el camino de La Harinera.
La alerta del pequeño de los hijos permitió que vecinos de la zona alertaran a la Policía y evitar de esta forma que el progenitor, que posteriormente confesaría ante los agentes haber asesinado a su esposa, se ahogara en compañía de sus dos hijas.
El acusado y sus «ruidos en la cabeza»
La defensa, hasta el momento, ha basado su estrategia en una serie de informes de carácter psicológico. La propia declaración de Samer, el presunto asesino de la mujer de origen sirio, insistió en que en el momento de los hechos oía ruidos en su cabeza. Sin embargo, los informes psicológico y forense «no objetivan alteraciones volitivas» ni «síntomas clínicos que hayan podido influir en la conducta» del acusado.
Trasladó a los expertos que cursaron los informes que en su vida estaba marcada por «el conflicto bélico que tiene lugar en Siria» donde «fue reclutado/secuestrado por organismos terroristas siendo testigo durante un tiempo de torturas a terceros, temiendo por su vida y siendo privado de libertad». Incluso llegó a decir que en el momento del crimen «empieza a escuchar los ruidos en su cabeza pasando a ver en vez de a su mujer a miembros de la banda terrorista Daesh». Una serie de ruidos y amenazas que surgían, según su propio testimonio, cuando discutía con su mujer por su intención de trasladar su residencia a Alemania.