El crematorio de mascotas ofrece tranquilidad para el dueño

Sergio Jiménez Foronda (EFE)
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Es un servicio que cada día va a más, entre otras razones, por las exigencias de la normativa y por la tendencia al alza de los animales de compañía

El dueño de 'Animal Crem', Iván Gutiérrez, en sus oficinas - Foto: Raquel Manzanares (EFE)

El crematorio de mascotas es un servicio que cada día va a más, entre otras razones, por las exigencias de la normativa y por la tendencia al alza de los animales de compañía, lo que convierte a estas instalaciones en "una tranquilidad" para sus dueños, "a la hora de pasar el mal trago" en la despedida de sus animales.

Así lo ha relatado a EFE Iván Gutiérrez, dueño de 'Animal Crem', ubicado en Logroño, y que es, explica, uno de los dos crematorios especializados en animales de compañía en La Rioja.

Gutiérrez y su hermana decidieron abrir este negocio en 2018 porque, como ha detallado, "siempre" les ha gustado mucho los animales.

Mientras el sector de las guarderías para mascotas "estaba muy explotado", en aquel momento solo había un crematorio de animales en toda La Rioja, por lo que "había poca competencia y un público receptivo" a este servicio.

Actualmente, realiza un promedio de 30 servicios al mes, fundamentalmente, perros, que son los que "mayor vinculación" generan con su dueño, ha indicado.

La cremación de mascotas está al alza por la propia normativa de bienestar animal, que prohíbe enterrar a estos animales en cualquier terreno no autorizado, incluyendo jardines privados, de forma que la opción legal para darles sepultura es la incineración a través de una empresa profesional.

Perro, gato, conejos, canguro, cerdo, tortuga... En general, por su experiencia en este crematorio, los perros y los gatos, por este orden, son las mascotas que se incineran de forma más habitual, aunque, como curiosidad, ha realizado también la cremación de un canguro y un cerdo, de unos cien kilos, que falleció en un piso de Logroño, y sus dueños le requirieron para incinerarlo de manera individual.

Pero la variedad en la tenencia de mascotas también es variopinta, de forma conejos y, "hasta tortugas", son algunas que también han pasado por este crematorio, ha informado.

La cremación se realiza en un horno con vistas a una sala, a la que pueden acudir los dueños y acompañantes de la mascota para observar el proceso de manera presencial, si lo desean, en un procedimiento que es muy similar al que se realiza con la incineración humana en un tanatorio, ha subrayado.

Tras la cremación, "se entrega al cliente una urna con las cenizas de su mascota, además de un certificado de incineración en forma de pergamino", como conclusión a un proceso, en el que "el trato tiene que ser muy cercano", ha detallado el fundador de esta empresa, ha explicado.

Junto a la cremación, uno de los objetivos de este servicio es que "la gente que acude, que está pasando por un mal momento por el fallecimiento de su animal, lo lleve lo mejor posible", para lo que "les damos conversación y procuramos que nos cuenten un poco cómo ha sido la vida de esa mascota y, así, (sus dueños) se sientan más tranquilos", ha narrado.

Incineración individual y colectiva. Existen dos modalidades de incineración de mascotas, la individual, en la que se realiza con un solo animal y al dueño se le entrega el certificado de incineración, junto a las cenizas en una vasija; y la colectiva, que se realiza con varios animales, y, en este caso, solo se entrega al dueño el certificado de incineración.

En la modalidad de la incineración colectiva, las cenizas se trasladan a una empresa gestora autorizada para la destrucción de este tipo de residuos, ha detallado.

"Normalmente, el dueño de la mascota nos avisa cuando ha fallecido", tras lo que se acude a recogerla, en el domicilio si es por muerte natural o en el veterinario, si se trata de una eutanasia, y se trae a las instalaciones para la incineración, ha indicado.

La incineración tarda en completarse unas dos horas y, si se trata de una cremación individual, las cenizas se entregan al dueño en el mismo día, ha informado.

"La gente, en general, (los dueños de las mascotas) no acude al crematorio" porque "no quiere pasar el mal rato" de la despedida final de su mascota y, en esos casos, se le recoge en el lugar de fallecimiento, pero también hay "muchas personas", ha indicado, que prefieren estar con el que ha sido su animal de compañía hasta la despedida final, y acuden al crematorio.

El deseo de Gutiérrez, ha detallado, es poder crear un cementerio de animales de compañía, al igual que existen en otras ciudades, como puede ser Madrid, y poder plantar árboles con las cenizas, pero ha reconocido que "no es fácil" y, de momento, está feliz con haber cumplido un sueño.

Sobre los precios de la incineración, ha informado de que, por lo que a su empresa compete, las tarifas fluctúan en función del peso del animal.

La media son 85 euros para una mascota de entre 11 a 25 kilos, si se trata de una incineración colectiva y de 170 euros si es individual, incluida la urna que contiene las cenizas, y que puede ser de madera o cerámica.