Jaime Urbina es uno de los 79 agricultores que cultiva remolacha en La Rioja, 66 hectáreas que extiende desde su municipio, Hervías, a los pueblos vecinos de Cidamón y San Torcuato, una superficie que ha ampliado este año ante las buenas perspectivas de rentabilidad propiciadas por el aumento de precios a consecuencia de la importante subida del azúcar.
Sin embargo, confiesa su decepción porque cantidad y polarización -nivel de azúcar- no son los esperados. «La campaña podría marchar mejor», apuntaba ayer en Cidamón, mientras una máquinas extraía la remolacha. Para entender este disgusto hay que conocer el sistema de pago de este cultivo, en el que se tiene en cuenta el peso y el grado, que debe ser como mínimo de 16, si es menor, la cuantía que percibe el agricultor baja; si es mayor, también sube. Así, relata, que en pasadas campañas, el grado alcanzaba de media 16,7 o 16,8, e incluso hasta 17 en la de 2021; mientras que en la presente se sitúa en 15,5. De tal manera que, informa, para ser rentable debe alcanzar de media de 110/112 toneladas por hectáreas con un grado de 16,7.
«Por ello, el aumento del precio no nos va a compensar el incremento de los costes de los insumos, tanto fitosanitarios, como riego, fertilizantes o semillas han subido una barbaridad», apunta Urbina, que confirma que se ha plantado más por las previsiones de precios y con la esperanza de que el grado se mantuviera en los niveles de pasadas campañas.
«Con la bajada de peso y riqueza, veremos al año que viene como se lo plantea el agricultor para seguir sembrando remolacha», apunta este labrador, que no se atreve a vaticinar cómo transcurrirán las próximas campañas ante el constante aumento de los insumos. Este agricultor, que no sabe concretar las causas que han provocado esta caída en el grado, -explica que se ha mantenido con importantes olas de calor en años pasados- apunta que la incertidumbre que sigue planeando sobre los precios detrae a muchos agricultores de firmar contratos de mayor duración de una campaña.
No obstante, reconoce que el actual precio de la remolacha en una campaña de rendimiento «normal» en peso y grado es muy atractivo. «No es mucho más rentable que otros cultivos, pero lo es», afirma.