En Villaverde de la Abadía, una localidad de 700 habitantes de la comarca leonesa de El Bierzo, no terminan de asimilar la trágica muerte de Andrea Rodríguez García, que nació y vivió en el pueblo hasta que se fue a estudiar Comercio Internacional a León y después a vivir a Logroño, de donde es su marido. Ambos esperaban a su primer hijo. «Es como un mal sueño, una pesadilla; estamos tratando de asimilarlo, pero no es posible», explica el alcalde pedáneo, David Fernández, que califica a la mujer fallecida en el tremendo choque contra un kamikaze en la autopista AP-68 como «una chica encantadora, una vecina más».
Andrea creció en este pueblo berciano dedicado principalmente a los frutales y también con zonas de viñedo, estudió en el colegio local, antes de graduarse en Comercio Internacional en León. Vivía en Logroño, aunque trabajaba en la empresa Euro Seating de Ezcaray, y había aprobado una oposición de maestra en Burgos.
«Estamos todos con un nudo en el estómago », remarca el alcalde de Villaverde de la Abadía, que recuerda cómo la antigua vecina acudía al pueblo con cierta frecuencia a visitar a su madre y su hermano, y últimamente con más asiduidad dado el frágil estado de salud de su abuela. Este lunes, la madre y el hermano de Andrea se desplazaron desde Villaverde a Logroño. Andrea conserva en la localidad berciana amigas y amigos de infancia y juventud, que no acaban de creerse lo ocurrido. «Están desolados », remarcó David Fernández. También se refirió al clima de consternación reinante Raúl Valcarce, alcalde de Carracedelo, municipio al que pertenece la pedanía de Villaverde de la Abadía. «Es una situación muy trágica», comentó el regidor, en referencia a la juventud de la fallecida y al hecho de que Andrea se encontrase embarazada.