La palabra embargo provoca pavor a los propietarios de bienes, principalmente inmuebles, sobre los que penden la amenaza de una deuda o una ejecución hipotecaria por impago. Puede parecer un procedimiento extremo e inusual, pero se da con mayor frecuencia de lo que se piensa y además su número ha ido aumentando paulatinamente en los últimos años.
Es al menos lo que reflejan los datos registrados en el Portal de Subastas, una plataforma electrónica creada en 2015 y que depende del Ministerio de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes que recoge todas las subastas judiciales y administrativas del país y al que los ciudadanos pueden acceder y optar, si lo desean, a bienes hipotecados o embargados por mandato de un juez o de una administración.
Un chequeo a esa plataforma permite comprobar que el total de 118 subastas celebradas en La Rioja el pasado año, 66 de ellas judiciales, dieron como resultado 23 pujas que encontraron postor, con el mercado de vivienda como protagonista, ya que del conjunto de bienes adjudicados 22 fueron viviendas.
El valor económico de los bienes adjudicados en esas 23 subastas con resultado positivo suma un total de casi 3,9 millones de euros, una cifra elevada con respecto al computo de lo subastado en otros años, sobre todo por una puja compuesta por 14 lotes del mismo propietario entre los que había inmuebles de distinto tipo, incluidas dos bodegas de elaboración de vino en Haro, adjudicado a un postor por más de 2,1 millones euros.
En este caso, la operación, derivada de un proceso judicial concursal (suspensión de pagos) instado por el Juzgado de lo Mercantil de Burgos, se saldó con la adjudicación de inmuebles ubicados en La Rioja y en las provincias castellanas de Burgos y Valladolid.
De los 14 lotes de esta partida subastada, los más valiosos eran precisamente los radicados en suelo riojano, una bodega de elaboración de vino, con cuatro naves, situada en la calle Eras de Santa Lucía 44 de Haro, con un valor de subasta de 4,2 millones de euros y adjudicada finalmente en 895.000 euros. El mismo lote incluía otra bodega más modesta, también en Haro, por la que se pagaron 250.000 euros. Los bienes subastados en esa operación incluían también una vivienda en Haro, un local comercial en Logroño, tres viviendas y dos locales comerciales en Burgos capital, los solares en la localidad burgalesa de Lerma y sendos solares en Valladolid y el municipio de Simancas.
En la casuística de las subastas judiciales con bienes adjudicados a lo largo de 2023 priman las viviendas y algunos garajes. El abanico de precios es enorme: desde los 290.000 euros en que se adjudicó una casa con corral, en la calle Mártires de Calahorra 3, compuesta de planta baja y dos pisos en vuelo sobre un área de terreno de 206 metros cuadrados, a los 19.134 euros que un postor pagó una vivienda en Aldeanueva de Ebro, o los 31.195 euros en que se adjudicaron tres lotes de una vivienda y dos garajes en Santo Domingo de la Calzada, casi el mismo precio (31.553 euros) en que se adjudicó un piso en la calle Escuelas Pías de Logroño.
Por 100.000 euros se adjudicó una vivienda en Nalda otro comprador que se hizo con el inmueble desde el Portal de Subastas, y algo más cara se subastó otra casa en Calahorra, por la que se pagaron 123.889 euros. También por encima de los 100.000 euros (131.566 euros) se enajenó en subasta judicial un piso en el número 50 de la calle Vara de Rey en la capital logroñesa, y no lejos de esa arteria, en Duques de Nájera, por otro piso un postor abonó 102.809 euros por hacerse con el inmueble.
Incremento constante. El incremento en el número de subastas judiciales que no quedan desiertas, es decir que terminan con un nuevo propietario para el bien sometido a la puja, queda patente al comparar los datos disponibles en lo que va de año con los ejercicios anteriores, desde que se pusiese en marcha el Portal de Subastas hace casi una década.
Desde el pasado mes de enero y hasta esta misma semana, se han celebrado 25 subastas judiciales, con un total de 15 adjudicaciones, que suman un total de 627.728 euros, cuando en todo 2022 fueron 17 los procesos de subasta que terminaron por ofertas adjudicadas, uno más que en 2021. En 2020 y 2019 solo se adjudicaron cinco lotes en cada uno de esos años, en 2018 tan solo uno y no fue un inmueble, sino un coche, seis un año antes y tan solo uno en 2016, primer año con datos cerrados de la plataforma electrónica de subastas judiciales.