«Todos me gustan pero los belenes sencillos son mis favoritos»

El Día
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Hasta el 7 de enero se pudo ver en la Plaza de San Pedro la singular propuesta de la catequista sorzanera Rosa San José

Rosa San José, con su singular belén, en la Plaza de San Pedro del Vaticano. - Foto: Foto cedida

Desde la Inmaculada, 8 de diciembre, hasta el pasado 7 de enero, la monumental columnata de Bernini de la Plaza de San Pedro del Vaticano fue el escenario inmejorable para la séptima edición de la exposición de Belenes impulsada por la Santa Sede. Entre los 125 ejemplares expuestos, destacó el de Rosa San José (Logroño, 1974), catequista de Sorzano, uno de los dos presentados por España para la muestra.

Su propuesta conjugó sencillez y simbolismo. Lo hizo con un Árbol de Navidad que, a modo de bolas, representaba ocho escenas propias de la Natividad: la Anunciación (El sí de María), el sueño de José, la visitación, el camino a Belén, la búsqueda de posada, la adoración de los Reyes Magos, la adoración de los pastores y, bajo la estrella de la vida (otros astros más pequeños, a modo de almazuelas, conectan las diferentes escenas natalicias), el nacimiento.

«Todos los belenes me gustan pero los más sencillos son mis favoritos», destaca San José. Los de la Asociación de Belenistas son muy bonitos porque combinan la tradición y la cultura local», defiende sobre una costumbre muy arraigada en España y en Italia.   

Su originalidad no pasó desapercibida para el jurado que la incluyó en una muestra que ha reunido los mejores ejemplares de toda la cristiandad católica. Aprovechando el pasado puente del 6 y 8 de diciembre, hasta la ciudad santa se acercó para comprobar in situ su obra: «Tenía la intención de hacer un belén diferente pero nunca con la pretensión de que me lo seleccionaran». «Las figuras están hechas con madera, los animales con arcilla y la vestimenta con telas, arpillera y algodón», enumera. Una vez me comunicaron la noticia, pensé qué era la mejor ocasión para conocer Roma y, de paso, ver mi belén expuesto».

Aunque la gran mayoría de las obras mostradas tiraban por el imaginario tradicional, el suyo optó por un mural que, «además de las escenas de la Natividad, evoca al árbol de la vida y las estrellas que son la luz que nos guía». La exposición, que llevaba por título Peregrinos de Esperanza (de ahí el viaje que ha representado San José)  fue uno de los actos que ha precedido a la declaración de un Jubileo santo que arrancó, oficialmente, el 24 de diciembre. 

Satisfecha por el logro conseguido, y a la espera de recibir de vuelta su mural («aún no sé qué voy a hacer con él», informa), reconoce que «una de las razones por las que la gente no quiere un belén es porque ocupa mucho aunque en mi caso sea diferente».

Además de ejercer de catequista, Rosa San José forma parte de la Asociación de Amigos de Sorzano y contribuye a poner en marcha el afamado belén mecánico de la localidad: «Aunque es cierto que la gente sube especialmente en Navidad, se puede visitar durante todo el año. En el pueblo hemos creado un grupo para iniciar a la gente poco a poco en este arte».

Pese a que no hay Navidad sin belén -el más visitado en La Rioja es el monumental de la Plaza del Ayuntamiento de la capital- parece ser una tradición en desuso. Al respecto, esta catequista puntualiza que sí es cierto que es una fiesta «cada vez más secularizada, con pujanza fuerte de tradiciones ajenas a la nuestra como la de Papá Noel» pero la ceremoniosa parafernalia de montar el belén se mantiene. «El que lo quiere poner, no pone excusas. Los hay sencillos, como la Virgen San José y el niño, más el buey y la mula, y otros mucho más sofisticados. Los que tenemos fe y a los que nos gusta la tradición, la mantendremos».