Guardiola y la cama

Diego izco (spc)
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En su noveno curso en el City, afronta su mayor crisis con rumores de 'boicot' en el vestuario

El de Sampedor está viviendo su curso más difícil al frente de los ‘citizens’ - Foto: Dylan Martínez (Reuters)

Entre 1880 (año de su fundación) y 2016, el Manchester City consiguió 18 títulos. Entre 2016 (año en que llega Pep Guardiola) y la actualidad, el cuadro británico ha conseguido otros 18. El tópico de «las cifras hablan por sí solas» es evidente y brutal en este caso: el técnico español ha cambiado la historia de un club, creando casi desde cero un campeón como pocos en la historia moderna del fútbol: ganar seis Ligas de las últimas siete, teniendo en cuenta que es la Premier, la más competida de las cinco grandes (con permiso de la italiana) y la de mayor nivel (sin permiso de nadie), es un dato asombroso en sí mismo. 

«Pasado un tiempo, los mensajes ya no calan con la misma fuerza». La frase no es de ningún crítico, sino del propio Pep Guardiola a los cinco años de aterrizar en el Etihad. Pasado el tiempo… ¿cuánto exactamente? Un estudio de 'Bigdatasports' sobre las cinco grandes ligas europeas concluía que un entrenador dura un promedio de 48,6 partidos, o sea, poco más de una temporada y un tercio. Guardiola cumple su novena campaña y de repente asoman voces críticas -con la boca pequeña, pero existen- por primera vez desde junio de 2016. Y entre ellas, algunas apuntan a un vestuario que se ha rebelado contra el 'hacedor' de la gran era dorada. 

Pesos pesados

Cuatro son los pesos pesados del vestidor 'sky blue'. Los cuatro, jugadores del City desde que Pep abandonaba su periodo de reposo post-Bayern para integrarse en Manchester. Phil Foden era un chico de 16 años al que el de Sampedor subió desde juveniles. «Messi es el mejor, pero con 17 años nunca entrené a alguien de su potencial», afirmaba el catalán sobre el genio de Stockport. John Stones tenía 22 cuando el nuevo entrenador 'citizen' lo reclamó desde el Everton a cambio de 55,6 millones de euros, lo que le coronó en su momento como el defensa central más caro de la historia. Kevin De Bruyne (25 entonces, 33 ahora) era el futbolista colosal que había llegado un año antes al Etihad a cambio de 54 'kilos' y que ha sido una pieza clave en el 'engranaje Guardiola' hasta convertirse en una voz crítica con peso. E Ilkay Gündogan, un fichaje que el propio Pep pidió nada más llegar (27 millones al Dortmund), es un futbolista que ha hecho un viaje de ida y vuelta destino Barcelona porque, en principio, ya no contaba para el técnico.

Esas cuatro 'vacas sagradas' han sido señaladas en la casi-siempre polémica prensa deportiva inglesa, en la que han arreciado los rumores sobre un posible 'boicot' de la plantilla a su entrenador. El castizo 'hacer la cama' a alguien. «Es imposible explicar esta racha sin pensar en ello», escribía 'The Sun' hace apenas 10 días. El City acumulaba nueve derrotas en los partidos disputados entre el 30 de octubre y el 21 de diciembre. Hasta ese momento, con Guardiola había sumado un increíble 72,5 por ciento de victorias (353 de 487 partidos oficiales)… y, lo más paradójico, sólo había perdido más de nueve encuentros en una misma campaña en la de su estreno (10 en la 16/17) y en la 19/20 (12). ¿Cómo explicar un bache así desde la 'normalidad'? 

Rodri y Palmer

La lesión de Rodri ha sido un golpe táctico y moral que ha pesado muchas toneladas en ese vestuario. Por primera vez en su historia como entrenador, Guardiola no ha encontrado soluciones válidas a semejante encrucijada, y por momentos se le ha visto 'hundido' en el campo y en la sala de prensa: o con la cabeza llena de heridas de arañarse o con frases tipo «si a los Bulls les faltaba Jordan, ¿qué habrían ganado?». Frases y actitudes que trasmitían dudas a la plantilla cuando todo, incluso en esa 19/20 en que fue segundo tras el Liverpool, habían sido certezas. 

Al mismo tiempo, nadie en el entorno del club, no solo la crítica y el público, sino desde el primer directivo al último jugador, entendió la actitud y maniobra de Guardiola con Cole Palmer. Canterano del City (en juveniles desde 2018), intentó tirar la puerta del primer equipo hace dos campañas. La prensa hablaba del nuevo 'niño maravilla' del equipo e incluso el técnico le dedicaba elogios («Es un fuera de serie, un jugador excepcional»), pero la conquista de la Champions invitó a Pep a mantener su apuesta por la 'vieja guardia' y cerró la vía del inglés. Fue una oportunidad para el Chelsea, que apostó 47 millones de euros por un futbolista que apenas tenía un puñado de minutos en la élite… y hoy es el jugador de moda de la Premier League -con permiso de Mohamed Salah- y artífice del resurgir del Chelsea con 12 goles y seis asistencias en 19 partidos.

El 'efecto Palmer', describía David Craven en 'The Mirror', consiste en que Guardiola ha perdido ese aura de infalibilidad que el fútbol británico le adjudicaba. Todas sus decisiones parecían buenas, correctas o beneficiosas para el colectivo. «Quizás no le di los minutos que se mereció, pero llevaba dos temporadas pidiendo irse. Le dije que se quedara, porque se iba Mahrez, pero él insistió», comentaba el técnico en abril del pasado año.