La lluvia ha obligado a celebrar el Vía Crucis de los 'picaos' de San Vicente de la Sonsierra dentro de la iglesia de Santa María la Mayor, donde siete disciplinantes 'picaos' han realizado su penitencia en un acto de fe e intimidad. Este Vía Crucis, congrega mayoritariamente a los vecinos de esta villa de un millar de habitantes, a diferencia de las procesiones de la Semana Santa, que son multitudinarias en San Vicente, adonde llegan miles de personas para presenciar este rito.
La Cofradía de la Vera Cruz y los Disciplinantes de San Vicente de la Sonsierra conserva este rito desde, al menos, el siglo XVI, y que está declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional, ha detallado a EFE su portavoz, José Ramón Eguíluz. Dentro del templo y en un ambiente de solemnidad e intimidad, los disciplinantes, con el rostro cubierto para ocultar su intimidad y con un hábito de color blanco que deja al aire su espalda, han practicado la penitencia frente a las imágenes del Vía Crucis.
Durante 20 minutos han autoflagelado su espalda con una madeja de algodón, de entre 750 y 850 gramos, momento tras el que el práctico que acompaña a cada penitente le ha golpeado levemente tres veces cada lado la zona lumbar de su espalda. En una nueva sala que la Cofradía tiene habilitada para la disciplina, se ha procedido después a las curas con un lavado higiénico y sanitario -un ungüento con agua hervida y de romero- para que no haya efectos sobre la punción y los hematomas producidos.
Esta festividad, también conocida como de la Invención de la Santa Cruz o Fiesta de las Cruces, es muy representativa en San Vicente de la Sonsierra, ya que es una de las cuatro fechas en la que los Picaos realizan su disciplina; Jueves Santo, Viernes Santo, Cruz de Mayo y Cruz de Septiembre.