Coopropietario, junto a sus hermanas Manuela y Marian de las tiendas de ropa y complementos de mujer Mikonos, Daniel Niño ha utilizado la herramienta, que valora como un instrumento que permite de manera «sencilla y rápida» autodiagnosticarse. «Es útil, y cualquier comerciante la tiene a mano de manera gratuita», destaca el dueño de Mikonos que argumenta que, de otra manera, si alguien desea hacer un chequeo de su establecimiento debe contratar una consultora externa, cuyo coste sería mucho mayor y más dificultoso para un pequeño comercio. Explica que este instrumento de la Cátedra de Comercio permite evaluar diferentes áreas y comprobar «en qué punto estás» y en cuáles tu desempeño es mejorable. «Hay ámbitos en los que alcanzas un resultado óptimo, lo que ratifica que lo estás haciendo bien, y otros en el que no lo es tanto, aunque cuando ves de qué se trata ya eres consciente de que son puntos más débiles», asegura el propietario de Mikonos, que apunta que las crisis del comercio logroñés han sido recurrentes.
Recuerda que hace 35 años abrió el primer centro comercial y las posteriores vicisitudes que ha sufrido la ciudad que han afectado negativamente al comercio, situación que se ha agravado con el cambio en los hábitos de consumo, más vinculados al comercio electrónico. Consciente de que «cierra un establecimiento cada semana», apela a los logroñés a concienciarse sobre el valor del comercio minorista. «Está en sus manos comprar en el comercio-ciudad, que paga impuestos genera empleo y crea ciudad; hay quesaber dónde queremos ir».
Hay que adaptarse. Amaia Tomé, propietaria de Atypica, destaca las recomendaciones que ofrece la herramienta para un colectivo que se encuentra de «bajón». Señala que agradecen los instrumentos de mejora que se les ofrecen, pero reflexiona que el derrotismo es el sentimiento dominante entre en el colectivo. «Hay que cambiar esa mentalidad y pensar en qué se puede mejorar o cómo ganar atractivo para la tienda», considera Tomé, que apunta que, precisamente, este es uno de los fines de la herramienta de comercio. Añade que «igual plantea cosas que no queremos oír», un aspecto que también valora la responsable de Atypica, que reflexiona que, seguramente, quien ha utilizado esta herramienta es aquel que aspira a contar con instrumentos de mejora o conocer en qué situación se encuentra su comercio.
Cuenta que hay cinco asociaciones de comercio trabajando en Logroño «todos a una» porque coincide en que si a «Logroño comercialmente le va bien, le va bien a quien tenga una tienda», aunque insiste en que el pesimismo es la nota dominante entre muchos de sus colegas. Apela a la autocrítica y a reflexionar sobre los aspectos qué se pueden cambiar para adaptarse a los requerimientos de los clientes actuales, en un momento en el que no es «suficiente quedarse detrás del mostrador» y esperar a ver quién entra. «Eso ha cambiado y lo tenemos que asimilar, debemos estar presentes, como mínimo, en las redes», razona la propietaria de Atypica, que coincide con Daniel Niño en la necesidad «de hacer pedagogía» entre los logroñese sobre el valor del comercio ciudad.