A pesar de que el pedrisco caído en algunas zonas, particularmente de Rioja Baja, ha manchado un lienzo, donde la sequía que han sufrido algunas zonas de Rioja Alta los pasados meses ha pintado también ciertas sombras, lo cierto es que las lluvias de días pasados han dibujado una acuarela relativamente brillante.
«La lluvia ha sido generalizada en toda la comunidad, repartida en varios días y le va a venir muy bien a muchos cultivos después de un mes de abril sumamente seco», razona María Jesús Miñana, directora general de Agricultura, que apunta que no es extraño que las precipitaciones de esta época lleguen acompañadas de pedrisco, cuyo efecto no se puede aún determinar, como se constató ayer en la reunión de la Comisión Territorial de Seguros. Ahora bien, apunta que han sido zonas concretas las afectadas por el pedrisco, castigadas por una climatología que, en otra vertiente, la de la sequía, ha castigado a cereales en Rioja Alta.
La directora de Agricultura reconoce, al respecto, que estas lluvias han llegado tarde para algunas zonas que se vieron gravemente dañados por el calor de marzo y abril, «donde el cereal iba adelantado», y lamenta que va a haber parcelas que serán irrecuperables -han corrido peor suerte las que se han sembrado más tarde- aunque resalta que van a ser muy beneficiosas para la siembra de girasol en Rioja Alta.
De momento, informa de que se han recibido partes de sequía por 500 hectáreas, cuando las siembras de cereales llega a las 32.500 y, como contrapunto, resalta las bondades del agua para los pastos y ganaderos de extensivo, que no tendrán que «hacer un aporte de alimentación extra».
«El agua muy buena, está cayendo secuencialmente, sin episodios torrenciales; la tierra estaba a deseo de agua, y la está filtrando muy bien», señala Néstor Alcolea, secretario general de UPA, que coincide plenamente con las reflexiones de la directora general de Agricultura.
Apunta los beneficios para cultivos leñosos, en particular para el secano, «donde ahora era imprescindible», aunque reconoce que en ciertas zonas de cereal llega tarde y su repercusión será nula. «El cereal ahora necesita tiempo fresco para que llene bien el grano y aproveche el agua que ahora hay en el suelo», señala Alcolea, que destaca que en los pastos, «que daban pena», el cambio ha sido espectacular. «Con dos días de calor, aseguran los pastos de una buena temporada», afirma el técnico de UPA, que apunta que los daños del granizo en zonas como Corera, Galilea o Murillo han sido de carácter «puntual y muy localizado».
ARAG-Asaja centra los daños de las tormentas en municipios como Corera, Murillo de Río Leza, Santa Engracia de Jubera, Ausejo o Alfaro, cuyos agricultores ya estaban dando ayer parte, aunque es pronto para hacer un balance global de los daños. La organización reitera la importancia de los seguros agrarios y destaca su reclamación para que se adapten a las necesidades del sector. «Exigimos que las pólizas cubran los costes de producción de las explotaciones», señal su secretario general Igor Fonseca, que reflexiona que un instrumento, nacido en 1978 y que ha funcionado relativamente bien hasta hace algunos años, está perdiendo eficacia. «Es necesario hacer un nuevo planteamiento del sistema, de abajo a arriba, que permita asegurar su sostenibilidad en el tiempo», opina Fonseca.
Desde la UAGR, extienden también los daños de la tormenta de Rioja Baja y Media a Leiva, en Rioja Alta, donde resaltan, igualmente, que hay municipios como Foncea, Grañón o Treviana, donde poco se puede hacer por los cereales, en particular, como ha explicado Miñana, los que más tarde se sembraron.
Al respecto, El presidente de la UAGR, Óscar Salazar, se ha dirigido por carta a la consejera de Agricultura, Noemí Manzanos, para solicitar la convocatoria urgente de una Mesa de la Sequía con el fin de analizar la situación y buscar las soluciones económicas adecuadas que garanticen la «supervivencia de los agricultores y ganaderos riojanos». en respuesta a la situación de los cultivos en varias zonas.
La voz del campo. A pesar de que los daños han sido localizados, lo cierto es que, según han contado los sindicatos, muchos agricultores han resultado afectados. «Cayó más en Galilea que en Ausejo, pero nos ha tirado uvas al suelo», cuenta Abel Espinosa, que señala que también afectó a los sembrados de guisantes. «Me han hecho bastante daño en una parcela de viña», lamenta Espinosa , que explica que los racimos «que se han partido y se han quedado sin granos» son irrecuperables. Recuerda que cuando apedreó en Tudelilla, hace 15 días, las cepas mostraban hojas rotas, pero los racimos estaban bien, pero ahora han resaltado afectados.
Mientras tanto, Jorge Llorente, de Alfaro, donde calcula que se ha visto afectado un 70%, también ha sufrido daños en la viña, aunque principalmente han sido los frutales los que han resultado más dañados por el pedrisco del viernes y el sábado pasado en dos zonas diferentes. Explica que, en sus caso, los más dañados han sido peral y melocotón en un 50% y en una proporción casi total en el caso de la manzana, que será difícilmente recuperable. «Cuando la manzana engorda, esos golpes se convierten en acorchados, abres la manzana y se queda como corcho por dentro». La cereza, por su caso, ha sufrido «una afección total».