El profesor de inglés, ciencias naturales y sociales, en quinto y sexto de primaria del CEIP Vélez de Guevara, Rubén Crespo, fue diagnosticado con diabetes de tipo 1 hace nueve años, cuando tenía 42 años.
Recuerda que el inicio fue una situación «difícil» y se preguntó el motivo por el que le había tocado a él padecer esta enfermedad pero «me ha enseñado aspectos positivas, como el deporte, conocerme más a mi mismo y cambiar mis hábitos de alimentación». «Me gustaría decir adiós a la diabetes pero hay cosas que debo agradecerle, como las personas que he conocido en estos años», indica.
Señala que antes hacía deporte pero ha aumentado las horas semanales en las que lo practica a partir de que le diagnosticaran esta enfermedad. «He corrido la media maratón de Logroño y la behobia en Donostia. Esto se le debo al grupo Beer Runners, con los que llevo corriendo un tiempo y me animan», destaca.
Explica que su truco para controlarse el azúcar cuando corre estas pruebas es tomar hidratos antes de la carrera y siempre llevar encima geles, frutas deshidratas y azucarillos. «Voy mirando con el sensor los niveles de azúcar y cada tres o cuatro kilómetros voy tomando estos productos», detalla.
Por otro lado, Crespo cuenta que en su trabajo quiso explicar a sus alumnos en qué consistía esta enfermedad. «Al principio no sabía como plantearlo pero les hice un esquema de las subidas y bajadas y les dije que en ocasiones tenía que comer en clase. Esto ha hecho que lo vean como algo normal», apunta.
Este año, añade, hay un alumno de sexto de primaria que es diabético. «Le ha reforzado a él ver que su profesor es diabético y que llevamos bien el trabajo».
Aparte, este profesor asegura que esta enfermedad le ha permitido hacer una vida normal pero tiene que tener cuidado con las actividades que hace diariamente. «Todos los días tienes dos o tres situaciones en las que tienes que decidir si tomar azúcar, hidratos o si dejar de hacer ese ejercicio y posponerlo», reconoce.